El calentamiento global es un fenómeno que se acentúa cada año, ocasionado eventos climáticos extremos y cambios en los ecosistemas. Sin embargo, desde un rincón muchas veces olvidado de Sudamérica, la Amazonía, los pueblos indígenas vienen luchando por regular el clima y evitar que el aumento de las temperaturas sea aún más intenso, mediante la conservación de las reservas de carbono.
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De acuerdo a un estudio realizado por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), tomando como referencia el período comprendido entre el 2003 y el 2016, de los 73 mil millones de toneladas de carbono que hay en Amazonía, el 58% se encuentra dentro de los territorios indígenas (TI) y las áreas naturales protegidas (ANP).
Pero, ¿qué es el carbono y para qué sirve? El carbono es un elemento químico que ayuda a la formación de moléculas orgánicas que forman a los seres vivos. Se encuentra en la atmósfera en forma de dióxido de carbono (CO2), en el suelo y disuelto en el agua.
Tiene la propiedad de absorber gases, químicos, metales pesados y toxinas. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado su presencia en la atmósfera en vez de que sea almacenado en los bosques, alterando el equilibrio natural del planeta y ocasionando el calentamiento global.
En el mundo, un total de nueve países comparten territorio amazónico: Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Guyana, Bolivia, Surinam, Venezuela, Guyana Francesa. Todos ellos albergan 3.344 territorios indígenas y 522 áreas protegidas, lo que representa el 52% de la Amazonía.
Luego de Brasil, el Perú es el país que más extensión de la Amazonía tiene. En cuanto a reservas de carbono, nuestro país cuenta con 9 mil millones de toneladas, el 55% dentro de los TI y las ANP.
La especialista del Instituto del Bien Común, organización que representa a RAISG en el Perú, Sandra Ríos, dijo a El Comercio que el estudio muestra la eficacia de las acciones de protección y la buena gestión del bosque en los TI y las ANP.
“Es algo que se ha venido dando a través de los años. Los pueblos indígenas resguardan el bosque por su forma tradicional de vida. Requieren de este para poder vivir, alimentarse, asegurar su salud. Además, constantemente se vienen enfrentando a las amenazas externas” indicó.
-Pérdidas de carbono-
El estudio también precisa que un total de 1.289,9 millones de toneladas de carbono se han perdido en la Amazonía durante el referido período. De esta cifra, el 3% correspondió a TI, el 4% a ANP (4%), mientras que el 93% a otros territorios.
En cuanto a los factores desencadenantes de esta pérdida, la deforestación representó el 53%, solo un poco más que la degradación, culpable del 47% .
En el caso del Perú, las pérdidas de carbono en la Amazonía alcanzaron los 26,4 millones de toneladas, aunque el factor más perjudicial fue la degradación, responsable del 63%.
“Dentro de los territorios indígenas la mayor parte de la pérdida se debe a la degradación o perturbación del bosque, no a la deforestación. Esta última se da muchísimo más fuera de las áreas protegidas. Estos datos pueden originar otros estudios que pueden ayudarnos a entender qué está pasando dentro de los bosques de los territorios indígenas”, comentó Ríos.
Asimismo, agregó que la degradación del bosque no es tan fácil de medir como la deforestación, aunque se sabe que en el país la principal causa de la degradación forestal es la tala ilegal.
-Perú es la excepción-
El Perú es el único país de los nueve que comparten la Amazonía que ha ganado carbono dentro de los TI y ANP en el período 2003-2016. “Este es un dato súper clave de la importancia de estas áreas para nuestro país", señaló Ríos.
La pérdida de carbono sufrida por nuestro país en la Amazonía (0,3%) se da fuera de los áreas donde habitan las diferentes comunidades indígenas y las áreas protegidas.
-Caso Kakataibo-
La falta de políticas de protección y preservación de los recursos naturales y contra el desarrollo de actividades extractivas no contribuye en la lucha que vienen realizando los pueblos indígenas para regular el clima y evitar que el calentamiento global sea aún más intenso.
Un claro ejemplo es el de los pueblos indígenas Kakataibo, ubicados principalmente en la selva central del Perú, en Huánuco y Ucayali. Estas comunidades se enfrentan constantemente a diferentes amenazas como la tala selectiva ilegal, degradación, deforestación y cultivos ilegales de coca, generando que con las reservas de carbono cada vez más se concentren en la atmósfera y no en los bosques.
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