Los humanos alteran la química de la tierra desde la tumba
Los humanos alteran la química de la tierra desde la tumba
Redacción EC

VIENA. Los seres humanos no solo dejan su huella en la naturaleza cuando están vivos, sino también después de muertos, puesto que los cuerpos en descomposición alteran la química del suelo, advirtió un grupo de científicos. 

Nuestros cadáveres, enterrados o incinerados, filtran hierro, zinc, azufre, calcio y fósforo al suelo. Son nutrientes esenciales, pero las prácticas funerarias humanas implican que estos elementos se concentren en cementerios, en vez de repartirse en la naturaleza de manera uniforme, revela este nuevo estudio. 

Esto significa que en algunos lugares puede haber demasiados nutrientes para las plantas y los animales, mientras que en otros es todo lo contrario. Además, los cuerpos humanos contienen elementos nefastos, como el mercurio -presente en los empastes dentales-. 

"A menudo se pueden distinguir muy bien las huellas de los cuerpos en descomposición en el suelo", dijo Ladislav Smejda, de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida, en Praga, que participó en el estudio. "Esas huellas persisten durante mucho tiempo, desde siglos hasta milenios", añadió. 

Los efectos se notarán cada vez más a medida que se entierren más cadáveres, aseguró Smejda desde Viena, donde presentó la investigación durante un encuentro de la Unión Europea de Geociencias. 

"Lo que hacemos hoy con nuestros fallecidos afectará al medio ambiente durante mucho, mucho tiempo", recalcó. "Quizá no sea un problema desde nuestra perspectiva actual, pero con la creciente población mundial podría convertirse en un problema apremiante en el futuro", avisó. 

Smejda y un equipo de científicos analizaron los elementos químicos del suelo en cementerios y en lugares donde se dispersaron cenizas mediante una espectroscopía de rayos X.

-Nuevas formas-

También estudiaron esqueletos de animales para medir el impacto teórico de una antigua práctica denominada excarnación, en la que los cadáveres se dejan descomponerse al aire libre. 

En los tres casos, el suelo contenía concentraciones de elementos químicos significativamente más altas que en los alrededores, explicó Smejda. 

Si no hubiera cementerios, los restos humanos, al igual que el de los animales, se distribuirían de forma aleatoria, y los nutrientes que liberan podrían ser reutilizados "una y otra vez, en todas partes", dijo el investigador a la agencia AFP. 

Pero concentrarlos en determinados lugares "es algo que puede considerarse como antinatural. Es un impacto humano, estamos cambiando los niveles naturales", aseguró. 

Ahora la pregunta es la siguiente: "¿Podemos encontrar una mejor idea para repartir esos elementos necesarios en espacios más amplios?", añadió Smejda.

"Por supuesto que hay posibilidades de inventar, desarrollar y poner en práctica (...) nuevas formas de entierros humanos o nuevos tratamientos menos perjudiciales para el medio ambiente, más ecológicos", destacó. 

El científico reconoció, no obstante, que el tema es tabú para muchos, ya que las prácticas funerarias están profundamente arraigadas en la cultura y la religión.

Fuente: AFP

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