El nombre de María Reiche siempre resonó en la casa de Ana María Cogorno. Su padrastro fue el primero en sobrevolar las Líneas de Nasca al lado de la reconocida arqueólga alemana. Cogorno se reencontró con ella en 1984 para ayudarla a tramitar la nacionalidad peruana, desde entonces se volvieron inseparables.
"La historia de María siempre fue dura. Estuvo invadida del desconocimiento, la incomprensión, el egoísmo y el machismo de la época. El miedo de que se apropiaran de sus aportes históricos por ser extranjera, era permanente”, cuenta Cogorno, quien en 1995 fue elegida por Reiche como su hija adoptiva con el fin de velar por su legado.
Ante la falta de apoyo por parte del Estado, Cogorno fundó la Asociación María Reiche. ¿Los objetivos? Recaudar fondos para continuar la labor de preservación en Nasca y cuidar a María, quien se encontraba resquebrajada por el Parkinson severo y la ceguera que se apoderaron de ella en los últimos años de su vida.
— ¿Cómo llegó María Reiche al Perú?
María llegó contratada como profesora de los hijos de un cónsul alemán en 1932.
— ¿María fue la primera en reconocer las Líneas de Nasca?
No. Las líneas de Nasca fueron vistas por primera vez por Toribio Mejia Xsesped, discípulo de Julio C. Tello en la zona arqueológica que se conoce como “La Calera”. Las primeras fotografías aéreas las hicieron los americanos Robert Shippe, geólogo, y Georfe Johnson, piloto, entre 1931 y 1932. Hasta ese momento se desconocía que las Líneas tenían formas. Después, María descubrió las figuras que conocemos y este año se cumplen 70 años desde que ella comenzó a investigarlas.
— ¿Cómo eran los días con María?
La lucha de la conservación era diaria. Íbamos a todos los pueblos aledaños a las Líneas, que no tienen luz ni agua, y María les enseñaba a través de fotografías el tesoro arqueológico que tenían al lado. Hacíamos lo que podíamos como llevar médicos para que los revisaran. Mientras las carpas se armaban para atenderlos, María dictaba sus conferencias.
— ¿Qué percibieron?
Pude ver lo poco que creían en su Patrimonio y la razón estaba frente a nuestras narices: No podían sobrevolar la zona y desconocían esa maravilla que estaba al lado de sus casas. Escuchaban que existían figuras como la araña, el mono, pero no podían sentir que eran suyas.
— ¿Qué fue lo primero que se les venía a la mente en esas jornadas?
Sabíamos que solo había una manera para contrarrestar esa falta de amor por el desconocimiento y era que ellos se sintieran incluidos a través de un sistema de desarrollo social, de educación memoria. Era y es la única fórmula para que el Perú tenga futuros conservadores.
— ¿Cuáles han sido los daños más significativos en las Líneas?
La primera atrocidad se dio en 1944. El gobierno planeaba hacer un proyecto experimental sobre agricultura en plenas líneas de Nasca. ¿Te imaginas? En 1955, recién suspendieron ese proyecto porque María se fue hasta el Congreso para exponer sobre la importancia de que declaren este espacio como Patrimonio Histórico. Luego, años más tarde, se les ocurrió que la carretera Panamericana [antigua] cruce las Líneas.
— Y ¿lo hicieron?
Claro y destruyeron una figura completa y cientos de cabezas de las Líneas de Nasca. Hasta el día de hoy puedes apreciar más de 70 toneladas de concreto en la carretera al lado del Patrimonio. María ofreció en vano sus planos con el fin de evitar tremenda destrucción.
— No es posible que exista tan poco amor por nuestra historia…
Sí. A eso sumamos que, en actualidad, se mantiene la informalidad, la dejadez de los alcaldes provinciales, distritales y regionales, pilotos avezados que sobrevuelan a tan solo cuatro metros de las Líneas, los saqueos, las invasiones y la minería.
Últimas Invasiones detrás del Aeropuerto de Nasca. (Cortesía: Asocación María Reiche)
— ¿Nunca recibieron apoyo del Estado?
Algunos intentaron, pero eran cantidades de dinero módicas para todo lo que había por hacer. Nuestro problema no son las relaciones políticas. Tenemos excelentes vínculos con todos los ministros de cultura que pasan. Pero, todos los días, me convenzo de que no me gusta la política, sobre todo la que existe en el tema de conservación y la puesta en valor de los sitios arqueológicos.
—¿ Por qué?
Aquí la cultura está politizada. Me refiero a que nunca hemos tenido una secuencia continua en investigación ni puesta en valor de nuestras riquezas. Hoy, acaba este gobierno y mañana viene otro que no le gusta lo que ha hecho y decide cambiar las cosas y nos la pasamos sin construir algo consecuente en el tiempo. La cultura tiene que caminar al costado de los gobiernos de turno, pero separada de la política.
— ¿Cómo revertir la situación?
Nos urgen expertos que se dediquen a estudios de investigación de forma permanente. Necesitamos crear y apostar por un programa integrado que abra la puesta en valor de estos lugares y que sobre todo sea inamovible. Los especialistas que lleguen a trabajar en él, tienen que ser consecuentes con los lineamientos trazados. Trabajar por una puesta en valor es crear desarrollo sostenible.
— Es triste preguntarlo, pero ¿Las Líneas pueden desaparecer?
Puede pasar. El descuido —tanto de las autoridades como de nosotros mismos—, podría acabar con lo que nuestros antepasados nos heredaron. Reitero, hay que promover una “educación memoria”. De nada sirve poner guardias si las personas no toman consciencia.
— ¿Cuál sería su pedido?
No queremos más afiches ni marcas porque ya los tenemos. Sólo pedimos que exista un programa para conservar que se mantenga, sin importar cuántos gobiernos pasen.
— ¿Han iniciado alguna acción?
Hemos ingresado a las Líneas en alerta mundial para generar conciencia. Aún tengo esperanza en el apoyo de las autoridades para frenar la pérdida de este Patrimonio Cultural.
—¿Qué siente cuando pisa Nasca?
Cada viaje allá, me hace pensar en que no importa cuál es el significado de aquellas , si las emociones que me dejan son inéditas. Todas estas ofrendas que hicieron nuestros antepasados tienen un significado que tal vez nunca descubramos y ese misterio es el que hace mágico este espacio.
— ¿Qué fue lo último que le dijo María Reiche?
“Tú no bajes la guardia porque esto no va a cambiar”.
— ¿Ella perdió la fe?
Sí, cuántas veces pensamos “Este gobierno hará algo” [no pasaba nada]; “Pero mira... Este sí lo hará”, [cero, tampoco lo hacía].
— ¿Qué significan las Líneas de Nasca para usted?
Son la razón de mi vida. Me es imposible vivir sin estar alerta de lo que pasa con ellas. Son mi familia. Es algo incomprensible que muchos extranjeros lleguen para admirarlas y la destrucción continúe por nuestra parte. He tomado la posta por la pasión que sentí al ver a María hacer suya esta lucha. Yo seguiré acá hasta que ya no pueda más.