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Esta nota fue publicada el lunes 10. Frente al anuncio del presidente Martín Vizcarra respecto a que se retomará la inmovilización social obligatoria los domingos para frenar el avance del COVID-19, es que se vuelve a publicar.
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Los casos de coronavirus se acercan al medio millón en el país y los fallecidos bordean los cuarenta y siete mil, según cifras del Sinadef. Ante esta situación, el Gobierno analiza retomar algunas restricciones para intentar frenar el avance del COVID-19.
Ayer, la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, consideró razonable que se restablezca la inmovilización social los domingos.
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“Me parece una medida razonable que haría que la circulación se reduzca, todos nos acostumbramos un poco a prepararnos para el domingo (…) Si uno interrumpe el tiempo que permanece fuera eso ayuda y se ha visto en otros países también”, dijo Mazzetti en entrevista a Canal N.
Además, detalló que también sería bueno implementar un toque de queda con un horario más temprano para algunos distritos de Lima, donde los contagios son mayores.
“Depende de los lugares, en Lima se están manejando relativamente bien los horarios. Hay distritos que están difíciles, de repente en esos distritos aplicar un toque de queda un poco más temprano es una medida”, sostuvo la ministra.
La misma postura la tiene el primer ministro, Walter Martos, quien señaló a RPP que las restricciones dominicales y adelantar el toque de queda podrían ser alternativas viables.
“Estamos hablando de que en Lima o en Callao se restrinja, como en otras regiones, los domingos o que el toque de queda sea desde las 20 horas. Eso hay que estudiarlo en base a muchos factores y tomar una decisión adecuada”, comentó.
Pero ¿qué tan efectivas podrían resultar realmente estas medidas? El Comercio conversó con dos especialistas para conocer su opinión al respecto.
Coordinación, diagnóstico y rastreo
Ernesto Gozzer, profesor de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) y exjefe del Instituto Nacional de Salud (INS), considera que el toque de queda debe mantenerse en todo el país, porque efectivamente hay un grupo de personas que aún no entiende la importancia de quedarse en casa. No obstante, advierte que los horarios no deben fijarse muy temprano, ya que, si hay menos tiempo para realizar las actividades, se consiguen más aglomeraciones. Y lo mismo ocurriría con la inmovilización de los domingos.
“Cuando estábamos en cuarentena con inmovilización total los domingos, se veía que los días viernes, sábados y lunes los mercados y supermercados tenían mayor afluencia de público”, dice.
“Si las medidas hubieran funcionado, ya no tendríamos epidemias en las regiones que estaban afectadas, pero por el contrario estas se han prolongado. Nuestro país es uno de los pocos que tiene una epidemia de tan larga duración. Italia o España, por ejemplo, tuvieron picos que luego cayeron porque inmediatamente se respondió con organización”, añade.
Para Gozzer, lo esencial es que haya una coordinación más efectiva entre el Estado y los representantes de los gobiernos locales y las organizaciones comunitarias de las diferentes regiones del país para que estas actúen como difusoras de la información.
“¿Cómo ejecutar las instrucciones que dicta el Ministerio de Salud de acuerdo a la realidad de cada lugar? Recordemos que no es lo mismo cumplir las medidas en Piura que en Puno. La clave está en la coordinación constante con las organizaciones”, dice. “Por ejemplo, en el reciente caso de los barrista de Universitario, las aglomeraciones podrían haberse evitado si las autoridades trabajaban en conjunto con los dirigentes del club para establecer parámetros que delimitaran lo que estaba permitido y lo que no en ese evento. Así, habría existido mecanismos para controlar la situación antes de que se genere caos”, ejemplifica.
Asimismo, Gozzer resalta la necesidad de trabajar mejor en el diagnóstico de casos positivos con pruebas moleculares, que –a diferencia de los test rápidos que solo detectan la presencia de anticuerpos– permiten conocer realmente quiénes tienen el virus dentro del cuerpo en un momento específico. Además de ello, enfatiza en la importancia de asilar a los infectados confirmados y realizar un adecuado rastreo de las personas con las que ha tenido contacto.
Aislamiento y cerco comunitario
Por su parte, Ciro Maguiña, vicedecano del Colegio Médico del Perú, considera que el Gobierno debe hacer énfasis en las cuarentenas focalizadas y en los cercos comunitarios más que en otras medidas que ya se han probado sin tantos resultados.
“Los toques de queda tienen que hacerse como medida extrema en lugares en donde [los contagios] están creciendo de manera exponencial, como pasa en Cusco o Puno”, señala.
Para Maguiña el esfuerzo del Estado debe estar orientación en la reingeniería del enfoque comunitario. En ese sentido, es primordial hacer el rastreo de los casos positivos, pero para poder aislarlos, porque si se quedan en su casa los contagios van a continuar. A eso se refiere con una cuarentena focalizada. Para ello, hay que buscar áreas comunitarias donde atender a los pacientes, podrían ser colegios, hoteles o centros comunales. De esta manera, se logra crear un cerco comunal para evitar que la transmisión siga aumentando en las ciudades.
“En Lima, repetir las medidas que ya se han usado no tendría mucho impacto, pues la economía ya se reactivó. Si van a hacerse nuevos toques de queda o inmovilizaciones, tienen que ser diferenciados. Por ejemplo, si San Juan de Lurigancho es el foco, ahí se podría hacerse”, acota.
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