Joven y con ganas de conquistar el mundo. Así podría definirse a Larry Gutiérrez Gonzáles, un escritor awajún que desde Lima presenta una historia ambientada en un espacio que conoce muy de cerca: la Amazonía.
¿Cuánto influyó el ambiente en donde naciste y viviste tus primeros años en la persona que eres hoy?
Quizás a nivel espiritual y en mi visión con relación al medio ambiente. Como indígena puedo estar predispuesto a tener un alto estima sobre los recursos naturales. Si, por ejemplo, hay un derrame (de petróleo) o una tala indiscriminada (de árboles), me va a preocupar mucho.
Estudiaste primero ingeniería de industrias alimentarias y luego terminaste haciendo periodismo. Son especialidades muy lejanas. ¿Por qué el cambio?
No sabía si postular a literatura o a ingeniería. Ambas me gustaban pero decidí estudiar ingeniería aunque sin dejar a la literatura muy de lado. Siempre fue mi segunda opción. Ahora estoy en comunicación (periodismo). Soy redactor.
Escribiste tu primer cuento a los nueve años. Cuando uno se anima a escribir desde tan pequeño es usualmente porque tiene varias lecturas atrás. ¿Qué leías?
Empecé a leer desde muy pequeño. A esa edad los peruanos no tienen muchos cuentos ‘nacionales’. Lees ‘Caperucita Roja’, ‘El principito’, no sé. Sin embargo, al ser mi madre awajún, sí tenía historias que contarme.
Pero supongo que eran más relatos orales…
Claro, no había nadie que escriba y menos imprima sus cuentos o relatos. Su cosmovisión es transmitida oralmente. Mi mamá – al hablar el castellano también - nos compartía sus historias en dicho idioma.
Tu mamá es awajún. ¿Dónde nació tu padre?
En Iquitos pero su familia es de Chachapoyas y ahí es sierra. Mi familia por ese lado es básicamente blanca. A él le agradezco siempre el gusto por contar anécdotas.
¿Cuánto de ficción y cuanto de realidad hay en tu primera novela?
La historia es básicamente ficción a excepción de los lugares. Mi descripción de los espacios es completamente real. Traté de mostrar escenarios de acuerdo a una geografía real. Sin embargo, la historia no ha ocurrido nunca.
¿Hay algo del protagonista Shedart en ti?
(Risas) No he pasado absolutamente nada de lo que vivió él en la historia. Aunque quizás en ciertos aspectos de su pensamiento sí hay alguna afinidad, pero no está mostrada en una redacción de primera persona.
Se trata de un personaje muy alegre, despierto y positivo.
Es una persona optimista, que trata de sobrellevar la vida y de asistir a los demás. En la historia intenta ayudar a su comunidad y también a su madre que lo necesita. Y si bien es cierto, esto le atormenta en cierto momento, sumado al trauma de haber perdido a su padre. No obstante, siempre cree que puede haber una solución ante los problemas.
Luego aparece en su camino el puma negro o ‘yana puma’.
Así es, además de sus problemas internos, (Shedart) debe hacer frente a esta nueva amenaza. El mito es el ‘yana puma’, sin embargo, no es muy conocido. Temiendo que nadie entendería sobre lo que estaba hablando, le puse (el ataque del) ‘puma negro’.
En la historia llama la atención la ausencia de padre del protagonista. ¿Por qué te pareció necesaria incluirla?
Quería darle un poco de dramatismo. Además, era necesario porque más adelante esa ausencia convirtió a su padre en la fuerza que anima a Shedart a enfrentarse a sus enemigos. El ‘yana puma’ no devoró a su padre, sino que lo raptó. Un comunero le contó eso al protagonista y ahí nace el impulso, el coraje.
Shedart también se da un tiempo para el amor. ¿Cuál es la importancia del amor en la literatura que tú presentas?
Decidí ponerle una pareja que le permita motivarse. Entonces, por ello y por una serie de cosas tiene un tipo de interpretación sobre el amor. Se siente algo ensimismado por el tema. Si bien hay aspectos filosóficos y universales aquí, también hay mucho pensamiento indígena. En mi caso, soy mestizo e indígena. Quiero mostrar con esta historia que seas chino, japonés o alemán no piensas o sientes diferente a un indígena. Quiero decir que tenemos la misma visión, los mismos deseos y anhelos. Un amor altruista y alturado. Traté de hacer la definición más correcta de lo que es el amor.
¿Cuál crees que es el gran aporte de tu publicación?
Soy el primero en lanzar una novela en Amazonas. Esto está escrito en tercera persona. En Perú casi todos están acostumbrados a escribir en primera o segunda persona. Salvo Vargas Losa, claro. Escribir en tercera persona es lo más complicado y lo he logrado.