El avance mortal del coronavirus golpea cada día más a La Libertad. Según la Sala Situacional COVID-19 del Ministerio de Salud (Minsa), esta región registra actualmente 1.955 fallecidos, la segunda cifra más alta después de Lima Metropolitana. La tasa de letalidad del virus –que mide las muertes entre los contagios– de esta región es la más elevada del país y alcanza casi al 10% de los infectados.
Los reportes oficiales del Gobierno todavía difieren significativamente respecto del registro local. Según la Gerencia Regional de Salud (Geresa), la pandemia ha dejado 2.812 fallecidos en La Libertad, un 44% más de lo estimado por el Minsa.
Pese a esto, la verdadera dimensión de las víctimas a causa de la enfermedad sería aún mayor. El Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef) muestra que en lo que va del 2020 esta región ya registra más muertes que en todo el 2019. A cuatro meses y medio de culminar el año, el sistema ha reportado 8.474 decesos, 165 más que en todo el período anterior (8.309).
Más aún, la mayor incidencia de mortalidad coincide con el tiempo de duración de la pandemia. Desde abril hasta mediados de agosto, se han contabilizado 3.553 muertes en exceso, en comparación con los mismos meses del año anterior. Esta tendencia también se observa en la curva de fallecimientos, que comienza a crecer pronunciadamente desde mediados de mayo y alcanza su pico a finales de junio. Si bien en las últimas semanas se observa un descenso, aún se reportan unos 40 fallecimientos diarios.
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—Las causas—
¿Cuáles son los factores que han determinado este escenario adverso? Para Henry Rebaza, ex gerente regional de Salud de La Libertad, la concentración de la población en los comercios del centro de Trujillo, el hacinamiento del trasporte y la falta de servicios básicos en la periferia de la ciudad han contribuido al incremento de contagios y fallecimientos en la región.
“Las colas en bancos, en mercados y el comercio ambulatorio han sido un factor de propagación permanente. Esto sumado al desorden del transporte público, que ha impedido el distanciamiento social necesario para evitar contagios”, explica.
El especialista añade que la automedicación de la población y el abandono del primer nivel de atención de salud también dificultaron la eficacia de los tratamientos.
En este último punto coincide Carlos Valderrama, secretario general de la Federación Médica en la región, quien señala que la mortalidad se concentra en el Hospital Regional y el Hospital de Alta Complejidad Virgen de la Puerta de Essalud por la falta de ventiladores mecánicos y carencia de oxígeno.
El dirigente anunció que 650 médicos afiliados a dicha organización en La Libertad acatarán el paro nacional previsto para el 26 y 27 de agosto. Sin embargo, descarta que se abandone la atención de pacientes.
“Hasta ahora no se soluciona la falta de oxígeno, elementos de protección. Hay quejas mayoritarias del personal médico. Se necesita la apertura al diálogo por parte del ministerio”, opina.
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