El 26 de agosto del año pasado, la Policía Nacional del Perú (PNP) incautó en Huanchaco la mayor cantidad de clorhidrato de cocaína en la historia de la lucha antidrogas en el país. Seis toneladas con 752,8 kilos del estupefaciente habían sido camufladas en piedras de carbón y estaban listas para ser exportadas a Europa.
La intervención, según fuentes de la policía y el Ministerio Público, confirmó las siguientes hipótesis: La Libertad es una ruta preferida por el narcotráfico para sacar droga del país y también una región que produce coca y marihuana.
Un alto oficial de la PNP en Trujillo dibujó el panorama: al estar la policía tan enfocada en luchar contra bandas de extorsionadores y sicarios, el narcotráfico tiene mayor libertad para actuar. A esto se suma que en las comisarías de las zonas donde se siembra hoja de coca y produce cocaína trabajan apenas entre cinco y siete agentes.
Octavio Salazar, congresista y ex jefe policial de La Libertad, sostiene que las comisarías no tienen personal capacitado ni tecnología para enfrentar el narcotráfico. “Las comisarías solo tienen agentes cuya función es el orden público. No hay unidades especiales que puedan identificar la droga porque ni siquiera tienen reactivos. Lo que debe hacerse es fortalecer la Dirandro [Dirección Antidrogas] con tecnología, equipamiento como helicópteros e inteligencia”, precisó.
El presidente ejecutivo de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), Alberto Otárola, dijo ayer a El Comercio: “En La Libertad hemos detectado zonas en las que, definitivamente, se está sembrando generalmente marihuana. Son rutas de salida”.
Las zonas a las que se refiere Otárola son las provincias andinas de Pataz y Otuzco. En Pataz se ubican los distritos de Huancaspata y Ongón. El primero limita con Huánuco y el segundo lo hace con San Martín, también zona altamente cocalera.
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