ÓSCAR PAZ
El Comercio - Trujillo
Una semana como esta confirma que el corazón de los trujillanos sigue latiendo al son de las tarolas, las trompetas, el cajón y la guitarra cada vez que se entonan las notas de la marinera. En estos días el clima cambia y se llena de los sueños de parejas empeñadas en ganar el título máximo del concurso y el aliento incontenible de las barras multicolores.
Pero en lo que pocos se fijan es en que existe una lista de coprotagonistas que suelen pasar inadvertidos. Entre esos personajes está la señora Consuelo Castañeda. Ella confecciona desde hace 24 años los vestidos que muchas de las competidoras llevan durante el concurso.
Su incursión en este selecto y reducido mercado se dio por necesidad. Su pequeña Gabriela iba a competir por primera vez y necesitaba un traje. Doña Consuelo no encontró una confeccionista, así que ella misma se aventuró a vestirla aplicando nociones básicas en corte y confección. Así comenzó la historia de Confecciones Chelita, que ahora tiene pedidos desde España y Estados Unidos.
Oído a la música
Desde el 2010 Guillermo Martínez Vargas se dedica a escribir y componer marineras. Él vivió su infancia cerca de la plazuela El Recreo, rodeada de retretas que le fueron contagiando el gusto por estos ritmos.
Hoy en día Guillermo es el autor de tres discos dedicados a la marinera. Su más reciente producción es “Arriba las palmas”, con 11 canciones, tres de ellas de su autoría y las demás de otros compositores.
María Guzmán también es parte de esta lista de personajes. Ella se dedica a la confección de todas las bandas y escapularios que reciben los ganadores del certamen.
En el 2002, el Club Libertad lanzó una convocatoria y ella fue la elegida. La oportunidad le llegó justo cuando más lo necesitaba. Ahora los lazos de María con la marinera son más fuertes, pues tiene dos hijos que compiten y ella, como toda madre, es la primera en alentarlos.