El kilometraje de un vehículo es –o al menos así es percibido por muchos- como un indicador crucial sobre el estado de un vehículo. Es una cifra que tiene gran peso al calcular el precio y decidir la compra de un automóvil usado, ya que se vincula con el desgaste de la unidad. Sin embargo, la manipulación del odómetro, donde se registra la distancia recorrida, es un acto muy presente en el país.
Cada mes en el Perú se comercializan más de cuarenta mil vehículos livianos de segunda mano. A esto se suman unidades de carga y de transporte que también son sometidos a esta alteración. Esto pese a que realizar la manipulación del sistema para confundir a un comprador es ilegal. Está sancionado con hasta ocho años de pena privativa de la libertad al ser un tipo de estafa agravada, según indica el artículo 196-A del Código Penal Peruano. Este resalta que el acto de estafar “en ocasiones de compraventa de vehículos motorizados” es una agravante. Aun así, está en todas partes.
Pese a esto, la impunidad es tal que se ofrece como servicio mediante redes sociales y mercados virtuales, como Marketplace y Mercado Libre. Incluso, se ofrece la ‘reducción de kilometraje’ a domicilio, revelando la facilidad con la que se puede modificar el odómetro. De hecho, para modificar la cifra que es mostrada en el tablero solo se requiere un escáner o un software, asequible vía web, y algunos minutos.
Tan solo en los últimos 30 días y únicamente por medio de Marketplace, en Lima Metropolitana se han presentado al menos 42 avisos para ofrecer el servicio de rebaja de kilometraje. El distrito con más menciones es La Victoria. De hecho, más de la mitad de las ofertas son referentes a dicho distrito. La Molina, San Luis, Santa Anita, Ate, Chorrillos, San Borja y San Isidro son otras comunas que conforman la lista.
Un acto normalizado
Uno de los principales puntos donde se llevan a cabo estos actos se encuentra en el distrito de La Victoria. Se trata de la avenida Iquitos, conocida por la gran oferta de centros mecánicos y tiendas del rubro, mayoritariamente informales. El Comercio contactó con un individuo que oferta la ‘rebaja de kilometraje’ por medio de Marketplace. El precio pactado fue de 100 soles y el ofertante explicó que el procedimiento demoraría de “40 minutos a una hora”.
Días luego, este Diario recorrió la mencionada avenida para conocer qué tan común era esta práctica. “Eso es en la cuadra uno, allá rebajan”, dice uno de los mecánicos consultados durante el trayecto. Al llegar a la primera etapa de Iquitos, bastó con acercarse al carril derecho para ser llamado por los trabajadores de la zona. Conociendo el modelo y año del vehículo, el ‘jalador’ que hace el primer contacto busca al técnico ‘especializado’. “En 40 o 50 minutos ya está. 150 soles”, menciona este. “No te preocupes, no toco nada de la computadora. Solo te bajo el número [del kilometraje]”, agrega.
Pero si bien Iquitos es una avenida conocida por este tipo de actividades informales, la rebaja del kilometraje es un acto generalizado a toda escala, incluso a nivel internacional. El Comercio llegó hasta la avenida Canadá, donde también se registró la oferta de este servicio. En esta ocasión, el mecánico indicó que le demoraría entre dos a tres horas hacer la modificación “porque este modelo ya viene con chip”. El monto también fue mayor: 250 soles. En ambos casos, no se optaría por un procedimiento simple para cambiar el número que aparece en pantalla, sino que incluiría la manipulación del historial del vehículo.
De agujas a laptops
Julio Huamán, docente del Centro de Capacitación de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), explicó a este Diario que la manipulación del odómetro se logra por medio de las computadoras de los vehículos. “Antiguamente, el odómetro era analógico [y] se manipulaba [fácilmente] mediante unas agujas. Hoy en día, los carros tienen su propia computadora y hay que conectarse con un escáner o una laptop”, precisó.
El especialista alertó que existen dos formas como se manipula el kilometraje de los vehículos. “Hay personas inescrupulosas que solamente modifican el kilometraje en la pantalla [el odómetro digital visible en el tablero], pero no modifican en el chip, la memoria principal”, reveló Huamán. Esto –agregó- significa que, si uno revisa la memoria del vehículo con un escáner, igual podría conocer el recorrido real del automóvil.
Este modo solo permite cambiar los dígitos que se muestran en la pantalla. Para hacerlo, se emplea un escáner (que puede adquirirse vía web por unos 300 soles) que se conecta al vehículo y muestra una serie de opciones. El uso de estos aparatos es detectar fallas o deficiencias en el automóvil, y solucionarlos. Sin embargo, muchos tienen dentro de sus funciones el cambio de la cifra del odómetro. Todo el proceso tarda cerca de 15 minutos.
La otra opción, que es la más común en Lima, implica retirar el tablero para conectarse directamente al chip o computadora de este. A diferencia del otro proceso, este permite modificar el kilometraje en la memoria. Es decir, no se modifica solo los dígitos, sino el conteo real que ha realizado el vehículo. Se trata de una intervención más profunda, que altera los códigos de la computadora del vehículo. Una mala manipulación puede dañar gravemente el sistema digital del carro. La duración varía entre los 40 minutos y las tres horas y el precio oscila entre los 100 soles y los 250 soles.
“Lo que están haciendo ahora estas personas es ingresar tanto a la pantalla como a la computadora, al cerebro y modifican ambos. [Cuando hacen esto] se complica saber si el carro ha sido manipulado o no”, indicó el docente. Aclaró que, para este tipo de trabajo más invasivo, se requiere retirar todo el tablero. Por esto, Huamán resaltó que un usuario que esté interesado en adquirir un vehículo de segunda mano puede verificar el estado del tablero. Si hay desgaste o indicios de manipulación, “podría ser que el kilometraje haya sido modificado”, dispuso el docente.
El vocero de la AAP resaltó que cuando se realizan estas intervenciones al odómetro y a la computadora del vehículo por personas no especializadas, es posible que se revelen fallas visibles. Por ejemplo -arguyó Huamán- los números visibles en el tablero pueden verse con formas distorsionadas. Además, pueden aparecer otras alertas en el tablero “como el famoso check engine [señal de malfuncionamiento del motor]”.
No todo son los números
“Lo primero que suelen ver las personas que van a comprar un carro de segunda mano es el motor y el kilometraje, porque está relacionado con el cuidado del motor. Pero hay componentes o partes del vehículo [que pueden revelar el verdadero desgaste]”, mencionó Huamán. Un elemento primordial que resaltó el especialista es el desgaste del timón y los asiento. “El desgaste del tapizado, es muy costoso de cambiarlo. Si uno ve el timón y los asientos muy desgastados, ya hay una idea de que el carro tiene un kilometraje alto”, aclaró.
Asimismo, informó que el desgaste de las llantas ya no es un elemento determinante para evaluar el desgaste de los vehículos. “Las llantas ahora se pueden cambiar fácilmente. Ahora, con tanta variedad de repuestos que hay en el mercado, con muchos precios económicos, las llantas ya no revelan mucho”, mencionó Huamán. Para el docente, el interior del vehículo, incluyendo también “el desgaste de la palanca de cambios y del tablero”, deben ser el foco de atención antes de adquirir un carro usado.
Por otro lado, el especialista recomendó evaluar -por medio de un mecánico de confianza- las capas de pinturas del vehículo. Explicó que hay detectores que permiten conocer cuánta pintura acumula un automóvil. Para el docente, a mayor ‘pasta’ acumulada, es más posible que el carro haya sido golpeado o dañado. Otro elemento es el motor, pero evaluado en profundidad. Huamán indicó que cuando un motor es cambiado, prácticamente todo es modificado. “Las abrazaderas, las mangueras, los mismos pernos, ya no tienen la misma ubicación”, resaltó.
Usados en cifra
La venta de vehículos livianos de segunda mano vio una importante alza entre enero y julio del 2021. En el 2020, con la llegada de la pandemia, se evidenció una baja de casi diez mil automóviles usados menos. Sin embargo, desde entonces estos índices incrementaron hasta llegar cerca a los 48 mil unidades. Luego, esta cifra se mantuvo casi estables, pero mostrando cierto declive. Todo esto, según el último reporte de la Asociación Automotriz del Perú.
Cabe señalar que durante los primeros dos meses del año se transfirieron 81,658 autos. Muestra del declive en esta cifra se puede ver en la transferencia de vehículos livianos usados en febrero, equivalente a 39.046 unidades. En febrero del año previo, el índice llegó a los 42.223 coches. Asimismo, se pudo conocer que las marcas más vendidas en este ámbito son los Toyota (22.733 unidades entre enero y febrero del 2024), Hyundai (9.328), Kia (7.371), Nissan (7.208) y Chevrolet (4.489).