La lucha por la conservación de los osos de anteojos en Lambayeque continúa con resultados extraordinarios. Prueba de ello son las imágenes captadas por cámaras - trampa instaladas en los bosques de la Reserva Ecológica de Chaparrí, situados en el distrito de Chongoyape, provincia de Chiclayo.
Los dispositivos tecnológicos acondicionados en lugares estratégicos de Chaparrí registraron a una osa silvestre llamada Gill-Gill con dos oseznos, de aproximadamente tres meses de edad, que cruzaban por un pequeño jagüey (ojo de agua) al que llegaron para aplacar la sed.
Los bosques de Chaparrí son el núcleo de un territorio que alberga la mayor densidad de osos de anteojos en todo su rango de distribución. Hasta la fecha, se ha registrado a aproximadamente 40 ejemplares, algunos de ellos muy conocidos en el mundo de la conservación.
Entre los más mediáticos se puede mencionar a ‘Chaparrí’, el oso de anteojos con más años de monitoreo en el mundo, a ‘Cara Rayada’, que fue registrado en el 2002 por las cámaras cuando salía de su cueva y a la osa Milagros.
En el video de Gill-Gill, se nota que el mamífero y sus crías están en excelente estado de salud. Pese a la sequía que hay en Lambayeque, presentan un pelaje de calidad y buen peso. Los comuneros, turistas y ciudadanos están felices por las maravillosas imágenes del mundo silvestre.
La osa Milagros
Gill-Gill es hija de la osa Milagros, protagonista de varios libros y documentales que se elaboraron en la reserva como parte de la lucha por la conservación de estos valiosos plantígrados.
Milagros llegó a Chaparrí cuando era una osezna de 6 meses, procedente de Chachapoyas (Amazonas) donde fue encontrada sin su madre. Su historia es muy conocida. Se le halló huérfana durante las operaciones de rescate de un accidente aéreo ocurrido en 2003 en el que no hubo sobrevivientes. Allí radica el origen de su nombre: fue la única que sobrevivió.
Después de varios años en los ambientes controlados para osos que existen en la reserva ecológica, Milagros se reintegró a la vida silvestre; pero, esta vez, en el bosque seco de Chaparrí. Siempre fue muy independiente y sólo se le ha visto esporádicamente. Su desplazamiento ocurre en la parte alta el cerro, donde encuentra todo lo que necesita.
En ese lugar encontró a un macho con el que tuvo dos oseznos. En el 2011 fue vista con dos cachorros, uno de ellos bautizado por los guardaparques como Gill-Gill, que hoy aparece con sus propios descendientes. Este hecho constituye un incuestionable éxito de adaptación y supervivencia.
Hoy la historia reivindica a Milagros, pues su hija nacida en estado silvestre llegó a la madurez sexual y se apareó con un macho del cerro, convirtiéndola en abuela y consolidando una historia de lucha por la conservación de los osos que, en el corazón de la Reserva Ecológica Chaparrí, cumplió 16 años.