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Los seis pescadores artesanales que estuvieron 21 días a la deriva en su embarcación Bendición de Dios III ya se encuentran con sus familiares en su natal Lambayeque.
Anoche, en una patrulla guardacostas de la Marina de Guerra, llegaron a la estación naval del puerto de Paita, luego fueron enviados a un hospital y finalmente partieron a sus hogares en distintos vehículos.
Javier Acosta Baldera, uno de los sobrevivientes, manifestó estar feliz por estar reunido con sus familiares y narró algunos de los momentos trágicos que le tocó vivir junto a sus compañeros.
“Entrábamos en desesperación. Nos desesperábamos por beber agua, no teníamos agua, comida […] Dormíamos, nos levantábamos. Mirábamos al cielo, nomás, las estrellas. Pensábamos que no íbamos a regresar, que nos iban a dar por perdidos. Pero, gracias a Dios, nos encontró un barco”, contó a Canal N.
La nave había partido de Chimbote. Perdió contacto con tierra entre el mar de Huarmey y Casma, en la región Áncash, el pasado 2 de febrero, a 10 millas de la costa. El motor se apagó por falta de aceite y la embarcación fue arrastrada por las corrientes marinas.
Según informó la Capitanía del Puerto de Paita, los pescadores fueron divisados el domingo por la embarcación atunera B/P Fortica, de bandera ecuatoriana, a las 8:20 a.m., a 273 millas del puerto de Paita, en aguas internacionales.
Acosta no se expresó muy convencido de retomar sus labores de pesca: “Depende, es el único trabajo que teníamos”.
RADIO MALOGRADA
Marco Teque Panta, otro de los hombres de mar también ya reunido con su esposa e hijos, narró que su embarcación tuvo desperfectos y se llenó de agua en la sala de máquinas. “El radio estuvo malogrado en ese momento y no pudimos tener comunicación. Escuchábamos a otras embarcaciones, pero ellos no nos escuchaban a nosotros”, dijo.
Teque Panta calificó la experiencia de terrible, por estar solo en medio del cielo y del mar, lejos de los suyos. Él sí se manifestó convencido de retornar a las faenas, pues su única labor. Pero acotó que tendrá más cuidado.