Redacción EC

La jornada de Rosita Andonaire Mestanza empieza a las 4 de la mañana, cuando comienza a preparar los más deliciosos potajes que empieza a vender dos horas después en el puesto 10 del Mercado Central de .
 
El pequeño espacio que administra con una de sus hijas y su inseparable esposo Julio García Rojas resulta insuficiente. Y es que día a día una gran cantidad de comensales llegan para degustar el tradicional cabrito, arroz con pato, arroz con chancho, espesado, hígado frito, sudado de pescado y chanfainita.

Su historia con la gastronomía comenzó hace 44 años y desde esa fecha no se ha movido de su puesto pese a que muchos empresarios y amigos le sugieren que inaugure un restaurante.

“Le tengo mucho cariño a este mercado. No pienso poner un restaurante porque es un trabajo más esclavizado. Aquí seguiré atendiendo a mis clientes”, declaró a El Comercio.

Recuerda que durante su largo período como cocinera ha tenido la suerte de atender al ex ministro y al que luego de probar un cabrito le dedicó una corta canción.

Dice que el secreto de la rica sazón de sus comidas se debe a que siempre utiliza ingredientes frescos y de primera calidad. “La carne de cabrito, de res, el pescado y el chancho lo compro en lugares seguro y me aseguro que todo esté saludable”, asegura.

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