Las Líneas de Nasca, un patrimonio mundial que sigue bajo amenaza

Este 15 de diciembre se cumplirán 25 años de la inscripción de las Líneas y Geoglifos de Nasca y Pampa de Jumana (Ica) como Patrimonio Cultural Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Esta declaratoria se realizó en la XVIII Reunión del Patrimonio Mundial del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco en la ciudad de Phuket, Tailandia en 1994. Ahí, los expertos de todo el mundo votaron de forma unánime para reconocer el inmenso valor histórico y arqueológico de este lugar.

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Los misteriosos geoglifos tienen una antigüedad aproximada de 2.000 años y ocupan una extensión de 450 kilómetros cuadrados en las Pampas de Jumana en el desierto de Nasca. Se tratan dibujos de figuras antropomorfas, zoomorfas, geométricas y fitomorfas (animales) que permanecen como uno de los grandes enigmas de la arqueología mundial. Los antiguos peruanos a través de las Líneas de Nasca transformaron un extenso territorio en un paisaje cultural y simbólico que resalta ante el mundo por su excepcional y enigmática construcción.

Los primeros estudios sobre las líneas se remontan a 1927, con los trabajos del arqueólogo peruano Toribio Mejía Xespe. Se registran también las investigaciones en el año 1939 del científico estadounidense Paul Kosok. Sin embargo, el trabajo que resalta es el de la investigadora alemana María Reiche, denominada como la “Dama de la Pampa”. Reiche dedicó su vida a la infatigable labor de estudio, conservación y promoción de las Líneas de Nasca.

Las Líneas de Nasca se mantienen vigente hasta nuestros días pero son vulnerables ante el mundo contemporáneo. Según el Plan de Gestión para el Patrimonio Cultural y Natural en el Territorio de Nasca y Palpa elaborado en el 2012 por el Ministerio de Cultura, entre las principales factores naturales que amenazan este patrimonio están: la naturaleza del suelo y movimiento de la napa freática, las condiciones ambientales o atmosféricas como el viento, calor, humedad, huaycos, lluvias, etc. Además, de los efectos del Fenómeno del Niño o eventos naturales como sismos, aluviones, etc.

Asimismo, la actividad humana también es una de las principales amenazas, entre ellas: la expansión urbana y rural no planificada, la expansión agrícola y ganadera, expansión de la minería formal e informal, el vandalismo que propicia el deterioro de los sitios, el tránsito masivo en zonas arqueológicas e históricas, el saqueo y depredación de lugares arqueológicos, el tráfico ilícito de bienes culturales, la falta de gestión integrada para el patrimonio.

Además del impacto de obras inconsultas de infraestructura, la organización deficiente de la actividad turística y manejo inadecuado de visitantes, el ingreso de vehículos particulares como motocicletas, areneros, y otros que dejan huellas en las zonas patrimoniales intangibles, señalización inexistente o diseñada inadecuadamente o la falta de seguridad.

—Los últimos atentados contra las líneas—

Pese a su importancia histórica, las Líneas de Nasca han sido afectadas por décadas. Incluso con la construcción de una obra tan concurrida como la Panamericana Sur se cortaron varios de los geoglifos. Por poner un ejemplo: en la década de 1980 durante la época del terrorismo, se instaló un campamento militar en una zona de geoglifos al lado de la carretera.

El Ministerio de Cultura también alertó el año pasado que el área declarada Patrimonio Mundial se superpone a zonas urbanas y rurales donde hay miles de títulos de propiedad.

Estos son algunos de los daños causados a las Líneas de Nasca en los últimos años:

► Setiembre de 2005:

Sesenta familias se instalaron a pocos metros de la figura del colibrí, a la altura del kilómetro 415 de la Panamericana Sur.

► Noviembre de 2013:

Dos zonas intangibles fueron invadidas con cientos de viviendas. Fueron dañadas líneas y trapecios en la zona protegida.

► Diciembre de 2014

Mientras en la ciudad de Lima se realizaba la reunión COP 20, un grupo de activistas de la ONG Greenpeace ingresaron a pie y sin respetar los protocolos de protección a la pampa de Nasca. Su objetivo era instalar unos carteles amarillos al lado de la figura del colibrí. Ellos no usaron calzado especial para acceder a este lugar y movieron piedras y arena, y dejaron huellas cerca al colibrí. Esto terminó en una sentencia judicial. Luego del escándalo con Greenpeace, la Embajada de Estados Unidos otorgó a fines del 2015 unos US$150 mil que fueron usados para restaurar figuras como el mono, el papagayo, el perro y dos lagartijas, entre otras, durante el 2016 y 2017.

► Enero de 2015

Se difunde un video, grabado en el 2013, en el que se ve a una reportera japonesa caminando sobre Las Líneas de Nasca.

► Setiembre de 2015

Desconocidos escribieron “dibujador Luis Tadeo” en el desierto de Nasca. Resultó dañada la figura del pelícano.

► Abril de 2016

Extractores ilegales de oro perforaron nueve socavones en la reserva arqueológica de las Líneas de Nasca.

► Enero de 2018

La tarde del sábado 27 de enero, a la altura del kilómetro 424 de la Panamericana Sur, el chofer Jainer Jesús Flores Vigo de la empresa transportes Pakatnamu ingresó con su camión a la zona protegida y dejó profundas huellas en un área de 50 por 100 metros. Esto pese a que en la zona hay carteles que anuncian que está prohibido el ingreso. Tres geoglifos con forma de líneas rectas fueron dañados por los neumáticos. En ese momento, el arqueólogo Johny Isla Cuadrado, entonces responsable del Sistema de Gestión para el Patrimonio Cultural en Nasca y Palma, entidad del Ministerio de Cultura, dijo que los daños que dejó el camión eran reversibles.