El Ministerio del Interior (Mininter) informó que durante este año se rescataron a 1.134 víctimas de trata de personas: 830 mujeres, 23 hombres y 281 menores de edad. La mayoría de ellas eran explotadas sexual y laboralmente.
Según la policía, Lima (465), Madre de Dios (223) y Puno (165) fueron las regiones donde se registraron más rescates de víctimas. En estas dos últimas, la explotación sexual de menores está ligada directamente a la minería ilegal que predomina en las zonas conocidas como La Pampa y La Rinconada, respectivamente.
Esta actividad ilegal atrae a los centros de diversión donde se perpetra la explotación sexual y laboral. La mayoría de menores son captadas a través de engaños: les ofrecen trabajar como meseras, un sueldo apetecible e incluso les pagan los pasajes.
El jefe de la Dirección General para la Seguridad Democrática del Mininter, Miguel Huerta Barrón, explicó que de agosto a diciembre la policía intensificó las operaciones preventivas en discotecas y bares. Gracias a ello, se logró capturar a 427 presuntos tratantes.
—Los casos en Loreto —
Lima, Loreto, Puno y Madre de Dios son las regiones con el mayor número de denuncias de trata de personas, según el Sistema de Registro y Estadística del Delito de Trata de Personas y Afines (RETA). En lo que va del año, se han reportado 344 denuncias por este delito en el país. Las tres últimas grandes detenciones de tratantes se efectuaron, precisamente, en Lima y Loreto.
En noviembre, la policía desarticuló una organización de tratantes integrada por 10 colombianos, un brasileño y un peruano. Ellos retenían a las víctimas en la balsa El Cosmos, cerca de la frontera con Brasil y Colombia, en Loreto, y las obligaban a ofrecer servicios sexuales.
“Había víctimas peruanas y colombianas. Las tenían en la misma balsa, donde habían acomodado cuartos de madera en el segundo piso”, denuncia la fiscal especializada en trata de personas de Iquitos Paola Hittscher.
La fiscal advierte además que las mafias de tratantes han cambiado de estrategia para evadir a la policía. Antes llevaban a las víctimas a los hoteles, pero ahora alquilan dormitorios de casas para pasar desapercibidos.
Esa modalidad era utilizada por la banda encabezada por Cristian Pérez Contreras, conocido como ‘La Bestia de Iquitos’. Él fue capturado junto a sus cómplices a inicios de diciembre.
Pese a las capturas anunciadas, el número de tratantes encarcelados sigue siendo mínimo. De acuerdo con estadísticas del Poder Judicial, entre enero y mayo del 2016, se han dictado 42 sentencias condenatorias y 11 absolutorias por el delito de trata de personas. El año pasado solo hubo dos sentenciados por este delito. Actualmente, hay 227 procesos judiciales en desarrollo.
—Sin albergue—
Luego de ser rescatadas, ¿adónde van las víctimas? Para la fiscal Hittscher, el déficit de albergues especializados para atender a las víctimas de trata es un problema latente. “Llevamos a las víctimas al centro de atención residencial Santa Lorena [Iquitos], pero está sobrepoblado. Una de las niñas que rescatamos, por ejemplo, ha huido del lugar”, dice la funcionaria.
Voceros del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) indicaron –por escrito– que solo tres de los centros de atención residencial del Inabif son especializados, y aseguran que “se está evaluando diseñar un modelo de atención de residencia temporal especializado con una metodología que no limite su libertad, no las revictimice y garantice la reintegración a sus familias y a la sociedad”. 
—El polémico fallo de Villa Stein—
En setiembre se dio a conocer un polémico fallo en un juicio por trata de personas emitido por la Sala Permanente de la Corte Suprema, a cargo del juez Javier Villa Stein.
La sala declaró improcedente el recurso de nulidad a la absolución de Elsa Cjuno, propietaria de un bar en el sector de Mazuko, por el delito de trata de personas en la zona conocida como La Pampa, en Madre de Dios.
Según el Ministerio Público, una menor de 14 años fue captada por Cjuno y conducida a esa zona para trabajar acompañando a clientes de un bar, y la obligaba a beber alcohol en largas jornadas de trabajo.
Sin embargo, el fallo indicó que las horas que Cjuno hizo trabajar a la menor eran excesivas, pero que no se puede considerar como explotación debido a que “no hubo agotamiento” de la adolescente. El Consejo Nacional de la Magistratura investiga a los jueces de la mencionada sala.