Quizás no muchos lo sepan, pero la enfermedad más común de transmisión sexual en el mundo es el virus del papiloma humano (VPH).
Ser conscientes de esto es importante, porque pese a que el virus normalmente no presenta síntomas, puede traer consecuencias nefastas tanto para hombres como para mujeres.
Estudios realizados en los países más desarrollados han demostrado que el VPH es responsable por la mayoría de verrugas genitales y el principal causante de cáncer de cuello uterino.
En el Perú, cada día 8 mujeres mueren por esta enfermedad y, según la Liga Peruana contra el Cáncer, es la principal causa de muerte en la población femenina en nuestro país.
Aunque la vacuna contra el VPH fue introducida en el Esquema Nacional de Vacunación en el 2011, la inadecuada programación por parte del Estado y los diversos mitos que la rodean han hecho que la cobertura esté por debajo de lo esperado, lo que pone en riesgo a la población, sobre todo a la de menos recursos.
En esta oportunidad daremos una mirada integral a las consecuencias del VPH y explicaremos los beneficios de la vacuna.
Buena decisión
La vacuna contra el VPH se introdujo en el Perú en febrero del 2011 por recomendación del Comité Consultivo de Estrategia de Inmunizaciones del Ministerio de Salud (Minsa).
Para el ginecólogo Gino Venegas, director de la Liga Peruana contra el Cáncer, “hay que felicitar la decisión del gobierno de incorporar la vacuna. El VPH es un tema de salud pública, y durante muchos años no se hizo nada”.
Mala Implementación
Lamentablemente, la aplicación de la vacuna se encontró con varios obstáculos.
Para el médico Washington Toledo, coordinador nacional de la Estrategia Sanitaria de Inmunizaciones del Minsa, las visitas a los colegios solo se llevaron a cabo para la primera dosis. Para la segunda y tercera (fundamentales para que la vacuna sea efectiva), los padres y las pacientes tenían que acudir a las postas.
Lee el informe completo en la edición impresa de El Comercio.