En solo 18 días, la región Madre de Dios pasó del nivel de alerta moderado a muy alto por COVID-19. Su registro arroja más de 45 muertes en el mes de marzo y la frontera con Brasil se ha convertido en una zona con poco control sanitario. Para el gobernador regional, Luis Hidalgo Okimura, la capacidad hospitalaria corre peligro y en unos tres o cuatro días más puede colapsar.
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En entrevista con el gobernador Hidalgo para este medio, comentó que el único intensivista en la región es de nacionalidad boliviana y la principal preocupación son las camas hospitalarias (UCI Y UCIN), debido a que están a punto de llegar al límite. “Nuestros datos nos indican que tenemos 17 camas UCI ocupadas y 3 libres, el número de muertos es de 451, mientras que solo quedan 6 camas de nivel intermedio”, precisó.
¿Qué necesitan?
Según la autoridad, una solución es que el MINSA envíe a enfermeras y un médico intensivista, a fin de que estos capaciten al personal que queda en solo 15 días. Hidalgo Okimura agregó que alrededor de 70 profesionales de la salud se encuentran en cuarentena tras contagiarse de COVID-19.
“Luego tenemos que seguir afrontando la situación, sino van a tener la noticia de que los hospitales han colapsado. Creo que en unos tres o cuatro días, nuestra capacidad hospitalaria va a colapsar”, resaltó.
Entre los pedidos para afrontar dicho panorama, se necesitan recursos para contratar a más profesionales médicos, enfermeras y técnicos. Además, Hidalgo Okimura solicitó al ministerio de Economía y Finanzas que les devuelvan 12 millones de soles de recursos ordinarios.
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Asimismo, se requiere 300 balones de oxígeno vacíos, pues la región cuenta con una planta generadora de 600 m3 que puede llenar 60 balones por día. “En la primera ola compramos esta planta, también solicitamos el reparo del tomógrafo del hospital regional, cuya reparación cuesta 450 mil soles”, precisó.
Tras ser consultado sobre si logró contactar al ministro de Salud, Oscar Ugarte, la autoridad regional comentó que no. “Lo que me han dado es el teléfono de él, lo he llamado y mandado mensajes pero no responde”, contó.
Frontera Perú-Brasil
Otro punto de riesgo para la región es la frontera Perú-Brasil, donde según explicó Okimura, el comercio internacional está permitido y durante la primera ola, se colocó un puesto sanitario para hacer toma de muestras COVID-19 a los choferes, desinfección y fumigación de camiones.
Sin embargo, hoy con el levantamiento de la cuarentena, los conductores pasa sin ningún control. “Volvimos a instalar el puesto sanitario, pero la Aduana nos ha dicho por qué hacemos eso si no está en la norma. Incluso, desde Aduanas de Lima nos han llamado para decir que no se prohíba el tránsito. No estamos prohibiendo, estamos previniendo por la variante brasileña que ya llegó al país”, comentó.
En ese sentido, Okimura solicitó al Gobierno Nacional que este control sea normado y se exija una prueba molecular negativa a todos los que ingresan por la frontera. También aclaró que, actualmente, no se tiene registrado ningún caso de la variante brasileña en Madre de Dios.
“Las muestras que se toman son enviadas al INS para que hagan la verificación. En esta semana que pasó, solicité un informe de cómo se vienen haciendo los estudios genéticos”, indicó.
Más rigurosos
El pasado 25 de marzo, autoridades de Madre de Dios se reunieron con el Ejército, la Fiscalía, Diresa y Policía Nacional del Perú, para reforzar acciones con las disposiciones nacionales. Al respecto, el gobernador Hidalgo informó que se coordinó un control más riguroso donde los establecimientos comerciales deberán cerrar tres horas antes del toque de queda (9:00 pm).
“Asimismo, los domingos es inmovilización total pero vemos que muchos ciudadanos salen para irse a la piscina, fiestas y campo. Es por eso que también vamos a intervenir; además, estamos viendo la posibilidad para volver a poner un límite en la frontera con Puno y Cusco, debido a que hay personas que vienen sin ningún protocolo o sin un examen que acredite que sean negativas a COVID-19”, manifestó.