Patrullas combinadas de las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional y del Ministerio Público destruyeron 11 campamentos de mineros ilegales que continúan extrayendo oro aluvial dentro de la zona de amortiguamiento de la Reserva Natural de Tambopata, en la región Madre de Dios.
En esta intervención en los sectores Kotsimba y Sarayacu, en La Pampa (como se le conoce a esta zona afectada por la extracción de oro), se destruyó además maquinaria e insumos. En la última década, los mineros ilegales arrasaron más de 12 mil hectáreas de bosques amazónicos de esta zona del país.
De acuerdo con el reporte del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, en la intervención del 21 de julio, se encontraron tres excavadoras, un cargador frontal, siete grupos electrógenos, 326 gramos de mercurio, balones de gas, balanzas, 19 motores, 700 metros de manga azul, 93 paños de alfombra, más de 600 galones de diésel, entre otros materiales e insumos usados para obtener oro de forma ilícita.
Una operación similar se hizo el pasado 19 de julio en otro sector conocido como Huantupa. Ahí las autoridades destruyeron seis campamentos, seis balsas carrancheras, 13 motores, 9 bombas de succión, botes e incautaron 500 gramos de mercurio.
-NEGOCIOS Y MAFIAS-
Durante el 2019, el Gobierno emprendió una serie de operaciones conjuntas para erradicar a los mineros ilegales de oro en esta parte del país. Hasta hace poco más de un año, la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental y la Policía de Medio Ambiente habían procesado a más de 70 personas producto de estas actividades, pero en su mayoría eran trabajadores, pequeños mineros.
Las autoridades también tenían en curso una serie de investigaciones sobre grupos organizados que financian la extracción de oro así como la contratación de mafias a cargo de la seguridad de los campamentos.
Según la Dirección de Medio Ambiente de la Policía Nacional, Samuel Sánchez Irene, a quien apodaban ‘Venado’, fue el hombre clave a cargo de la ‘seguridad’ de los mineros ilegales de La Pampa.
A lo largo de la vía Interoceánica (km 98 al km 117), él repartía a su gente para controlar el ingreso y salida a los campamentos mineros. Colocaba tranqueras y cobraba cupos de S/5 a S/10 por el acceso.
Según los testimonios, tenía un trato con los capataces (los que financiaban las extracciones de oro) y les cobraba por darles seguridad para el traslado de la maquinaria, químicos y el oro. Para mantener la seguridad, estos grupos habrían cometieron una serie de asesinatos.
Eran unos 3 mil capataces los que tenían inversiones en La Pampa hasta antes de la megaoperación de febrero del 2019. A través de terceros, ellos contrataban a obreros mineros de Cusco, Puno y Arequipa para que se encarguen del proceso: lavar la tierra succionada del río usando dragas y de las pozas artificiales formadas por la desviación del cauce a través de ‘chupaderas’, filtrar la arenilla en las alfombras y separar las chispas de oro usando mercurio.
La policía estima que también unos 6 mil jornaleros trabajaban en la zona sin contar a aquellas personas vinculadas a negocios conexos a esta actividad como los que trabajan o eran explotados en los talleres de mecánica, tiendas, cantinas, prostíbulos, restaurantes, hospedajes, etc.
Los capataces trasladaban el mineral hasta los pueblos asentados al borde de la vía Interoceánica. Además de locales de venta de mercurio y maquinaria, ahí funcionan lo que la policía llama ‘centros financieros’ o ‘casas de cambio’.
“Estos financistas juntaban oro por gramos, y luego lo vendían en el mercado negro. Ese oro luego era trasladado bajo siete llaves a Bolivia, Brasil y Lima. Tenemos varios casos en investigación”, comentaba en julio del 2019 el entonces director de Medio Ambiente de la PNP, general PNP Luis Vera Llerena.
Antes de la compra, el oro pasa por sus plantas de requemado. Empleando hornos y mercurio, quitan todas las impurezas del mineral. Después lo pesan en sus balanzas y proceden a la transacción financiera. A los capataces les pagaban a través de transferencias bancarias con el sistema POS de varios bancos del país.
En la operación del 19 de febrero del 2019, se intervinieron 50 ‘centros financieros’. Y el 21 de mayo se ingresó a 15 locales más. Es decir que, en La Pampa, la policía había intervenido hasta hace poco más de un año a 65 centros de transacción vinculados al tráfico ilegal de oro.
-REFORESTACIÓN-
En diciembre del año pasado, el presidente Martín Vizcarra visitó el sector Azul de La Pampa donde especialistas del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) iniciaron la reforestación anunciada con árboles de lupuna, guaba y otras 12 especies de árboles entre maderables y que al crecer permitirán recuperar la biodiversidad y la riqueza de los suelos degradados.
Estas acciones iniciaron luego de que las fuerzas armadas y policiales informaron que habían logrado erradicar en más del 95% la presencia de actividad minera en este territorio con la instalación de bases permanentes en lo que antes eran campamentos que albergaban a los mineros. Sin embargo, las labores de patrullaje no se detuvieron -hasta el día de hoy- porque los mineros aprovechan la noche y las áreas más remotas para continuar sacando oro.
La entonces ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, le explicó en esa actividad de diciembre del 2019 al presidente Vizcarra que la zona de 30 hectáreas que se iba a reforestar había sido muy impactada por la minería con la destrucción total del bosque. Este proceso reforestación, explicaron los especialistas de Sernanp, podría verse materializado en los próximos cinco años.
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