Las 38 familias de la comunidad nativa matsigenka de Shipetiari, en la margen izquierda del río Alto Madre de Dios –distrito y provincia del Manu– rechazaron el ofrecimiento del Estado de trasladarse al vecino poblado de Salvación, debido a sucesivos encuentros con indígenas en aislamiento voluntario de la etnia mashco piro. Uno de estos incidentes, ocurrido el 1 de mayo pasado, causó la muerte de Leonardo Pérez Peña, de 22 años, por un flechazo en el pecho.
Un equipo de El Comercio navegó en balsa por más de una hora desde el poblado de Boca Manu hasta Shipetiari, y conversó con Rufina Rivero Italiano, vicepresidenta de la comunidad nativa. Rivero, agricultora y madre de cinco niños, explicó que los comuneros rechazan la mudanza propuesta por el Ministerio de Cultura porque no cuentan con dinero para mantenerse fuera de sus chacras. La dirigente agregó que toda la población está resentida con el gobierno, debido a la falta de alternativas de seguridad que se les ofrece.
“El Ministerio de Cultura nos dijo que solo podemos espantarlos, pues, si respondemos, podemos ir a la cárcel. Ellos tienen más ley que nosotros, pese a que nosotros somos los atacados y necesitamos protección. En abril nos ofrecieron walkie-talkies para los vigilantes, pero hasta ahora nada, dicen que no tienen plata. Quieren que nos mudemos, ¿pero qué haremos en otro pueblo? Acá tenemos nuestras chacras, sacamos yuca, y aunque sea sola con sal la comemos y estamos tranquilos. En otro lugar necesitaría plata, si no, no como”, dijo.
Mateo Mavite, de 44 años, respalda las críticas de Rivero. El comunero, uno de los más antiguos en Shipetiari y quien se hace responsable de la posta médica cada vez que el personal de salud está de vacaciones, explicó que plantearon a Cultura contar con una antena para teléfonos celulares. Estos equipos servirían para alertar a las familias sobre el ingreso de no contactados, y evitar más muertos o heridos.
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