Según cifras de la Dirección General de Donaciones, Trasplantes y Banco de Sangre (Digdot) del Ministerio de Salud (Minsa), el trasplante de córnea es el más demandado a nivel nacional, con 6.372 personas que requieren este tejido. Sin embargo, las listas de espera para trasplantes continúan aumentando, ya que de acuerdo con el Reniec, solo el 13% de los peruanos ha manifestado su voluntad para ser donadores.
Para ser candidato a recibir un trasplante de córnea, debe existir algún grado de opacidad o alguna alteración corregible únicamente con el cambio de este tejido. Esto puede ser ocasionado por diversos motivos: cicatrices, infecciones, inflamaciones del ojo, úlceras corneales o, incluso, enfermedades hereditarias que impiden que la córnea se mantenga transparente.
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A pesar de que todos somos potenciales donadores de córnea, el Minsa solo registraba 200 trasplantes anuales hasta el 2019. “La córnea es un tejido inmunológicamente privilegiado al no tener vasos sanguíneos. Para donar un corazón, debe haber cierta compatibilidad en la sangre, de lo contrario, el cuerpo lo va a rechazar. La córnea no tiene ese problema. Por lo tanto, todos somos posibles donantes. Existen, obviamente, ciertas contraindicaciones, como enfermedades infecciosas, hepatitis, sida, enfermedades de transmisión sexual y ciertos tipos de cánceres”, indicó el Dr. Rubén Berrospi, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión.
Frente a este tipo de intervenciones quirúrgicas, la principal complicación es el rechazo del tejido, lo cual ocurre, usualmente, con la aparición de vasos sanguíneos. Sin embargo, la falta de donantes sigue siendo el problema más severo en nuestro país.
“Una de las principales dificultades es la falta de consciencia de la donación. Se cree que cuando uno dona una córnea se está mutilando el ojo. Esto no es cierto. Durante la extracción se toman precauciones. Se puede retirar solamente la córnea, no quitar todo el globo ocular. Lamentablemente, las personas están desinformadas”, afirmó Berrospi.