En el Perú, 5,5 millones de personas están expuestas a lluvias intensas y otros 5,6 millones a heladas o friajes producto del cambio climático. La ministra Fabiola Muñoz asegura que cada ciudadano es capaz de ayudar a mitigar estos efectos a partir de cambios cotidianos. Anuncia que este año ajustarán la ley sobre segregación de residuos sólidos.
- ¿Qué distritos limeños generan la mayor cantidad de residuos sólidos?
- Surco: Ministerio Público abre investigación por basura acumulada
- Serfor: este es el plan para combatir la deforestación y los delitos ambientales este 2020
—El aluvión en el distrito de Santa Teresa (Cusco) causado por la deglaciación del nevado Salkantay [que dejó cinco fallecidos ] es una muestra de lo vulnerables que somos frente al cambio climático. ¿A qué otros desastres estamos expuestos?
Inundaciones, sequías o incendios forestales. Siempre tendremos fenómenos naturales que cíclicamente se acrecientan, pero los países tenemos que estar preparados para manejarlos. Siempre se ha tenido una posición reactiva, y nos falta una planificación con un enfoque de gestión integral del territorio. Un país altamente biodiverso como el nuestro es también muy vulnerable.
—¿Cuáles son las actividades que generan más emisiones de gases de efecto invernadero en el Perú?
El cambio de uso de la tierra y la quema de bosques.
—Es decir, la deforestación.
Sí, es el título de ambas cosas. La deforestación en el Perú, a diferencia de otros países, se da básicamente por la pequeña agricultura, que es de supervivencia y migratoria. La gente cambia el uso del suelo porque cree que una hectárea de bosque en pie no le rendirá igual que una hectárea de maíz.
—¿Bajar la deforestación es la meta más urgente?
Si logramos reducir la deforestación, tendríamos un impacto directo en la reducción de emisiones. Y ese impacto directo hace que los glaciares se derritan más lento o que la tierra no se caliente tanto. Si los glaciares se mantienen, se podrán mantener también las fuentes de agua.
—Durante la COP25, ustedes anunciaron como un logro la reducción de la deforestación por segundo año, aunque esta cifra [de 1.148 hectáreas] es mínima comparada con las 150 mil hectáreas que se pierden al año.
Así es, imagínate que una cancha de fútbol es media hectárea. Nuestra labor es lograr que la gente entienda que sí pueden hacer cambios y ayudar a enfrentar el cambio climático.
—¿Cómo piensan lograrlo?
La ley marco de cambio climático [aprobada en el 2018 y reglamentada en enero del 2020] estableció que todos tenemos una oportunidad de participar y enfrentar el tema. La propuesta es poner en valor el bosque en pie [sin necesidad de que se talen los árboles para otras actividades productivas], y para eso estamos trabajando con los ministerios de la Producción, Agricultura, Comercio Exterior y Turismo, el Sernanp y el sector privado, para promover cultivos y productos.
—Los desastres de hace pocas semanas en Tacna o en el norte durante El Niño costero del 2017 expusieron no solo falta de planificación urbana, sino acciones ilícitas como el tráfico de terrenos que permiten construcciones en zonas críticas. ¿Cómo abordan ese problema?
Uno de los temas críticos es que mucha gente invade los cauces de los ríos porque hace cincuenta años o cien años esas quebradas no se activan, pero estos deberían ser terrenos donde todos tengamos el pacto de no usarlos.
—Pero está enfocando el asunto solo en la gente, ¿cómo enfrentan este problema desde el gobierno?
Una de las cosas que estamos haciendo con los alcaldes de Lima Metropolitana es delimitar la faja marginal [área contigua al cauce del río] y hemos empezado por la cuenca del Chillón. La Autoridad Nacional del Agua (ANA) ya delimitó una parte de esta, y al final se fijará el terreno donde no puede haber ninguna construcción. Las autoridades locales deberán cuidar que eso no ocurra.
—El gran cuestionamiento es que, pese a que se conocen las zonas críticas, los desastres golpean una y otra vez. ¿Qué se hace ahora para evitar eso?
Planteamos una solución integral. La idea es ver toda la cuenca y planificar dónde se hacen embalses, muros de contención o tierras de cultivo. Esa planificación del territorio es un ejercicio al que no hemos estado expuestos, pero es lo que estamos haciendo ahora. Son 19 las cuencas donde estamos haciendo una propuesta.
—El año pasado la reducción de uso de plástico marcó buena parte de la agenda de su sector, ¿qué tema impulsarán en el 2020?
Lo que haremos este año es reducir la generación de residuos sólidos consumiendo de manera más responsable y segregándolos adecuadamente. Podemos racionalizar el uso y ponerle valor.
—¿Será una campaña?
Sí, vamos a lanzar una campaña para generar una conciencia de la ciudadanía de que podemos darles otra vida a todos los residuos. Y todo esto tiene relación directa con el cambio climático, con la deforestación o el consumo de materiales nuevos.
—¿Por dónde empezarán?
El principal problema de los residuos sólidos es que no los separamos en casa entre los orgánicos, los que puedes y no puedes reciclar. La idea es que nos quitemos este concepto de que hay basura, porque lo cierto es que en el mundo todo se usa. Hay países que no tienen rellenos sanitarios.
—¿Se evalúa fijar multas para quienes no cumplan con clasificar sus residuos como pasa en otros países?
La ley existe pero hay algunos cambios que tenemos que hacer para que, por ejemplo, si un alcalde quiere hacer una campaña para recoger los residuos de manera diferenciada, pueda hacer un convenio con las empresas de agua y energía para cobrar en sus recibos en caso de que exista un caso de morosidad.
—Modificar la ley actual...
Hay que mejorarla para incidir más en la ciudadanía. Porque, por ejemplo, con los mismos recursos se podrían fijar días para que los camiones municipales recojan residuos orgánicos, plásticos o vidrios, pero estos ya tendrían que estar separados por los vecinos. Por eso, es importante saber el rol que podemos cumplir los ciudadanos.
Síguenos en Twitter como @PeruECpe