Para ser congresista se necesita una poca de gracia, ser peruano y tener 25 años. Eso es todo. A diferencia de los candidatos a alcaldes o gobernadores regionales, a quienes se les exige un tiempo de residencia en el lugar al que aspiran gobernar, para el caso de congresistas la única restricción significativa es la edad. El artículo 90 de la Constitución así lo estipula.
Teóricamente, un ciudadano que nace, crece y se reproduce en Lima y nunca ha visitado Madre de Dios –por nombrar una región alejada– podría terminar siendo su representante. Un ejemplo es el actual congresista Heriberto Benítez, representante de Áncash desde el 2011, sin tener lazos con dicha región, más allá de haber sido abogado del ex gobernador César Álvarez, hoy en prisión.
También se puede dar de manera inversa: políticos provincianos que dan el salto a Lima y prefieren representar a esta y no a su región de origen.
En el 2001, un recién electo congresista por Puno alardeaba con una electora limeña, diciéndole: “Represento a Puno y, con su voto, la representaré también a usted”. Cuando le aclararon que eso era imposible, ya que ella votaba en Lima y no en Puno, el congresista retrucó comentándole que pronto se lanzaría por Lima. Lo hizo en el 2011, aunque esta última vez no salió elegido.
En enero del 2011, un congresista de una circunscripción selvática comentaba que ese año se lanzaría por Lima, ya que se le hacía muy difícil viajar. “Mis electores están en la capital”, indicaba. Ese año compitió por Lima, pero no logró una curul: sus electores limeños no fueron suficientes.
Mejor suerte tuvo Yonhy Lescano, elegido congresista por Acción Popular, representando a Puno en el 2001. Lescano fue reelegido en el 2006. En su segunda gestión, se hizo conocido por cuestionar supuestos abusos de diversas empresas privadas. En el 2011, se lanzó por Lima, quizás olvidando los días en que su presencia en la fiesta de la Candelaria, en Puno, era saludada por el público.
Mover la curul de cuando en cuando no es pues una práctica aislada. No sorprende por ello una nota (El Comercio, 6/1/2016) en la que se indica que varios actuales congresistas nacionalistas postularían por otro distrito electoral. Fredy Otárola, por ejemplo, representante de Áncash desde el 2006, tentaría suerte esta vez por Lima, al igual que Josué Gutiérrez, Teófilo Gamarra y Julia Teves, elegidos en el 2006 por Huánuco, Ucayali y Cusco, respectivamente. El vocero de la bancada, Hugo Carrillo, daría un giro quizá más sentimental: postularía por su natal Apurímac, en vez de Huancavelica, por la que fue elegido en el 2006.
A ello se deben agregar los rumores de cambios en otras tiendas. Se dice que, después de representar a Cajamarca, Cecilia Chacón intentará ser elegida por Lima. Es quizá un paso sensato, frente a la pérdida de carisma en su región: en el 2011, Chacón fue la congresista menos votada de Cajamarca, al obtener 15.762 votos preferenciales, cerca de dos mil menos que en el 2006.
“Mueve tu curul” fue un espacio cómico televisivo en los años 90, poblado de monigotes que representaban a políticos peruanos. Hoy parece ser el eslogan de una política que ha perdido consistentemente su capacidad de representación. A escala regional, esta falencia hace que el espacio geográfico a representar sea una mera transición y no una base para forjar una carrera.