Murió Bastenier: Su última entrevista en El Comercio
Murió Bastenier: Su última entrevista en El Comercio
Redacción EC

El periodista Miguel Ángel Bastenier, con amplia experiencia en la información internacional y experto en América Latina, murió en Madrid a los 76 años, informó su familia. 

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La última entrevista que el español brindó a El Comercio fue publicada el 5 de noviembre de 2012 y fue escrita por Alberto Villar. 

Nací en Barcelona. Dirigí el desaparecido periódico "Tele-Express" y el "Periódico de Catalunya", y he sido subdirector de "El País". Soy profesor de la escuela de este diario y maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano creada por Gabriel García Márquez. Entre el cine y la música, elijo el primero, pero me sentí enormemente musical en Inglaterra cuando estudié en los años 60 por los Beatles. Fue entonces cuando alcanzaron la cúspide de su profesión.

Gabriel García Márquez lo llamó un bruto inteligente por su franqueza, digamos, violenta. Pero Miguel Ángel Bastenier es, ante todo, un afinado analista del periodismo que enseña por todo el mundo. Para él, el Perú es un país en proceso de fabricación.

Conoce el periodismo latinoamericano como la palma de su mano. El español, maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabo, acaba de recibir el premio María Moors Cabot, que entrega la Universidad de Columbia a periodistas por su destacada trayectoria.

- Estudió Historia y Derecho. ¿Cómo así migró al periodismo?

Soy un periodista que quizá dudó un momento sobre si la universidad le interesaba más que el periodismo. Estudié la carrera desde los 18 años en los 60, la era del franquismo. Y ocurre que cuando también acabé la carrera de Historia, a comienzos de los 70, se produjo la verdadera profesionalización del periodismo en España, que en lo laboral se anticipó a la liberalización política. Eso hizo que yo no tuviera dudas de quedarme siendo periodista.

- ¿Siempre quiso hacer periodismo internacional?

Hay razones familiares: mi padre era belga y por eso lo extranjero me resultaba familiar. En mi decisión tuvo que ver también la dictadura: por muchos años, hasta la muerte de Franco, en las páginas de nacionales era donde menos se podía escribir; y lo interesante era leer las páginas internacionales.

- ¿Fue corresponsal alguna vez?

Fui enviado especial, pero corresponsal nunca y por una razón: intenté ser comentarista de política internacional desde muy joven.

- Pero ha viajado por casi todo el mundo...

Menos al África negra, donde solo estuve en Kenia y Etiopía. En América Latina solo me falta Paraguay.

- ¿Después de España, cuál es su segunda patria?

Colombia. Y hay veces en que pienso que ambas están en el mismo nivel.

- ¿Por qué quiere a Colombia?

Colombia es muy interesante y la fundación tiene mucho que ver con esto. Yo trabajaba en "El País" y Gabo pidió que hablaran con nosotros al pensar en crear la fundación. Yo di uno de los primeros cursos.

- ¿Es usted un bruto inteligente, como lo califica García Márquez?

¡Bruto seguro, lo otro que lo juzgue la opinión! Yo no deseo ser ni señorito, ni fino, ni elegante. Ya lo era mi padre, no hace falta que lo sea yo.

- En sus columnas de opinión internacional explica al mundo sin juzgar a nadie ni a nada...

Eso intento. Claro, con [Hugo] Chávez quién se puede contener, cuando es el disparate absoluto.

- Usted dice que hay que hablar de varias Latinoaméricas, si nos referimos al periodismo.

¡Está clarísimo! ¿Qué tiene que ver Buenos Aires con Tegucigalpa? Una sola cosa: que es España, los dos hablan la misma lengua.

- ¿Se hace un buen periodismo en la región?

Está mejorando, pero es precario. No se puede hacer buen periodismo si hay que llenar cinco páginas a la semana. Pero por ejemplo en El Comercio se escribe el mejor castellano de América Latina. También el mejor español de la región no es el de Bogotá, es el de Lima, el de los señores, evidentemente.

- ¿Cómo ve al Perú?

Desde mi punto de vista, es un país en proceso de fabricación. Recuerdo un viaje en avión de Lima a Trujillo en el que, mirando por la ventanilla, vi al verdadero Perú, que es una cuadrícula de valles uno tras otro. Cada valle es un Perú y, según me han contado, ni se entienden hablando el quechua; por eso tienen que emplear la lengua de Cervantes.

- ¿Corrió peligro su vida alguna vez por esta profesión?

No, pero cuando fui director de un periódico en Barcelona, en los últimos meses de Franco, nuestro dibujante publicó una caricatura de Franco saliendo de la tumba. Entonces el franquismo no se creía derrotado y amenazaba mucho. A causa de ello tuve que ausentarme un par de días de casa porque llegaban amenazas de muerte constantemente y llamaban al dueño del periódico para decirle: "Vaya a recoger el cuerpo de Bastenier al depósito de cadáveres". Afortunadamente, o desgraciadamente, eso no sucedió.

- ¿Qué hace cuando no hace periodismo?

Nunca dejo de hacerlo. Duermo soñando con lo que tengo que hacer al día siguiente.

- ¿Se reconoce como un maestro del periodismo?

Tengo claro que entiendo de periodismo, pero en Europa nadie llama maestro a nadie y hacemos bien, porque los europeos creemos que lo sabemos todo; somos mala gente, sobre todo los españoles. La envidia es absolutamente corrosiva y yo la siento también. Y al que triunfa se le odia.

"No dejaré el periodismo, salvo que no pueda moverme o esté inválido, en cuyo caso le pediré a Dios que ponga fin a mis días después de que venga un cura a confesarme".

"Los primeros ministros israelíes Benjamin Netanyahu e Isaac Rabin son algunos de los personajes más importantes que he entrevistado".

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