La nueva ley de armas de fuego aún no se aplica en el Perú
La nueva ley de armas de fuego aún no se aplica en el Perú
Lourdes Fernández Calvo

Pesa 300 gramos, tiene 12 centímetros de longitud y su cacerina tiene una capacidad para disparar siete tiros. “Puedes llevarla con tranquilidad en tu cartera”, le dice el administrador de la tienda a la joven que ha llegado a comprar un arma para defenderse de los delincuentes.

El local, ubicado en una galería comercial de Surco, es uno de los 300 centros autorizados para vender armas de fuego en el país. El administrador muestra seis modelos de pistolas para uso personal y empieza a describir sus utilidades. La más barata es la CZ de calibre 25, que cuesta S/1.350; y una de las más caras, la CZ 75, de S/2.400. Con esta última se puede disparar 14 veces. “Estás haciendo lo primero que no debes hacer: apuntarme”, le explica a la joven que parece no saber nada de armas.

En menos de cinco minutos, el vendedor le dicta los requisitos para obtener una licencia: antecedentes penales, judiciales, policiales, una constancia de trabajo, la aprobación de un examen de tiro y uno psicológico que dura menos de 40 minutos. “Puros papeleos, en 20 días te dan la licencia”, dice.

Luego del atentado ocurrido en Orlando (EE.UU.), que dejó 49 muertos hace una semana, el fácil acceso a las armas en ese país volvió al debate. En el Perú, tampoco es tan difícil conseguir un arma de fuego. Según la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec), hasta la fecha se han emitido 400 mil licencias para uso de armas de fuego. De ellas, 60 mil, es decir el 15%, han sido para defensa personal.

Si bien la nueva ley de armas de fuego, promulgada en enero del 2015, plantea más restricciones para obtener la licencia, esta aún no puede ser aplicada debido a que el reglamento no está listo. Mientras tanto, sigue vigente la Ley 25054, que tiene más de veinte años de aprobación. Una norma obsoleta que, según reconocen voceros de la Sucamec, ha permitido un débil control en el uso de armas.

—A prueba de fuego—
En el Perú, quien quiere solicitar un arma no tiene que demostrar mayor talento para disparar. Solo necesita acertar en el blanco en tres de cinco disparos en la prueba de tiro. Si falla, tiene tres posibilidades más para acertar. Si se equivoca de nuevo, puede volver a pagar (S/22) para reintentarlo y así, sucesivamente, hasta que dé al blanco. “El problema es que no dan capacitación, es como si fueras a sacar un brevete y ya”, opina Rodrigo López Landauro, presidente de la Asociación Nacional de Usuarios Responsables de Armas.

La salud mental también es otro punto en evaluación. Los exámenes psicológicos que se realizan a los interesados en portar armas son universales y no están diseñados para evaluar un perfil único de este tipo de usuarios, dice Katia Núñez, gerenta de Armas, Municiones y Artículos Conexos de Sucamec.

En algunos centros de salud autorizados para estas pruebas, ubicados cerca del local de Sucamec en Magdalena, aseguran que los exámenes no tardan más de 40 minutos, tienen un costo de S/100 y sirven para saber la categoría mental del evaluado. “Son fáciles. En 15 minutos te damos la respuesta”, dice la recepcionista de uno de los locales. “Las pruebas están bien elaboradas, el asunto es que en algunos centros te las venden resueltas”, cuenta López.

Con la nueva ley, asegura Núñez, el Ministerio de Salud tendrá a cargo la elaboración de una nueva prueba.

Víctor Quinteros, gerente de políticas de Sucamec, afirma que, mientras se apruebe el reglamento de la nueva ley, se han implementado algunos ajustes normativos. Por ejemplo, dice, ahora no basta con argumentar que se necesita un arma para defensa. “Antes en una hora tenías tu licencia, era solo un trámite. Ahora te la podemos denegar si no compruebas que realmente necesitas el arma”, sentencia.

—Un reglamento sin luz verde—
La nueva ley de armas de fuego fue promulgada en enero del año pasado y su reglamento debió estar listo en noviembre último. Sin embargo, hasta el momento, no se ha concretado. Mientras tanto, la norma no puede ser aplicada.

Según funcionarios de la Sucamec, el reglamento ya obtuvo las observaciones técnicas de la entidad y ha sido derivado al Ministerio del Interior. Fuentes de esta institución explicaron que, debido a la complejidad del tema, la comisión encargada de evaluar el reglamento, dispuso la prepublicación de este para recibir los aportes de otros sectores.

Luego de ello, se logró un consenso y fue elevado al consejo de viceministros. La semana pasada fue evaluado por el Ministerio de Economía y la próxima semana sería elevado al Consejo de Ministros.

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