Desde la 1 de la tarde del martes, unos cinco mil moradores de la ciudad de La Oroya (Junín) bloquearon la Carretera Central por un espacio de cinco horas. De esta manera, mostraron su apoyo al proyecto de Decreto Supremo presentado por el Ministerio del Ambiente (Minam), que modifica el estándar de calidad ambiental (ECA) para agua y que ha sido sometido a consulta pública.
Cerca de seis organizaciones gremiales de dicha localidad participaron de la manifestación, que tuvo como punto de concentración el cruce vial hacia la provincia de Tarma. Allí llegaron con ollas y pancartas para pedir al presidente Pedro Pablo Kuczynski que cumpla su promesa de reactivar el complejo metalúrgico de La Oroya.
“La población ha salido a mostrar su respaldo a la ministra del Ambiente [Elsa Galarza], quien ha planteado desde su sector una modificatoria de los estándares de calidad ambiental como una propuesta viable y sostenible. Con ello, la venta del complejo metalúrgico de La Oroya y de la unidad minera Cobriza podrán tener una venta exitosa en julio”, indicó Carlos Arredondo, alcalde de La Oroya.
Asimismo, consideró que el Decreto Supremo debe ser aprobado "en la brevedad" para que así concluya el proceso concursal que reactive el complejo metalúrgico en agosto. Entre setiembre y octubre, dijo, se debería reiniciar el proceso de funcionamiento con los circuitos autorizados.
La Carretera Central se logró despejar a las 5 de la tarde en los tramos con destino hacia la selva central, Huancayo y Lima. Los moradores que participaron en la manifestación anunciaron medidas más radicales si no se logra concretar la aprobación del documento propuesto por el Minam.
-Deserción escolar y comercio-
Arrendondo también lamentó que su provincia esté sufriendo una grave deserción escolar. Precisó que en lo que va del año un 60% de escolares de La Oroya ha abandonado las aulas, lo cual ha generado la racionalización de plazas docentes.
Del mismo modo, el alcalde provincial señaló que un 70% de comercios en su localidad han cerrado sus puertas como consecuencia de la baja venta de productos y alimentos, lo que ha derivado en una escasa recaudación en los arbitrios e impuestos de los negocios.
“Los ingresos municipales se han reducido considerablemente. No tenemos recursos propios porque la población no tiene dinero para pagar sus impuestos y como gobierno local estamos siendo afectados”, finalizó Arredondo Mayta.
Contenido sugerido
Contenido GEC