Niños piuranos retratan el medio en el que habitan

NIKITZA CANO SEMINARIO

Alejandra Orozco estudió Comunicaciones en la Universidad de Lima, tiene 25 años y dos de ellos los ha dedicado a enseñar fotografía participativa en el Centro de Rehabilitación de Maranguita en Lima.

Orozco también impulsa el Proyecto Iris, una iniciativa que consiste en acercar a los niños a su medio ambiente a través de las fotos que ellos mismos hacen.

El distrito de Lobitos, en Piura,  fue la primera parada de Iris, pero la intención de la joven fotógrafa es llevar su proyecto a otras partes del país que se ven afectados por la huella de la contaminación. 

¿Cómo nació la idea del proyecto?

Quería contar e hilar historias y realidades paralelas que suceden en los diferentes puntos del país. Cómo esto puede unirse para enviar mensajes a la población, abordando problemáticas medioambientales y desde la mirada de las nuevas generaciones.

 ¿Por qué el nombre de Iris?

El iris es como la huella digital de los ojos, ningún iris es igual a otro. Apelamos a que ninguna mirada es igual a la otra. Entonces, desde la mirada de cada uno, podemos obtener imágenes que ayuden a cuestionar y plantear cambios.

¿Cuál fue la razón por la que elegiste Lobitos, en Piura?

Lobitos ha sufrido la intervención de militares  y petroleras. Ambos han provocado un impacto en el medio ambiente. Ese fue el motivo que me llevó a empezar el proyecto. Luego, me contacté con el Programa conCiencia y empezamos a trabajar. 

¿Cuál es  el objetivo de Iris?

La idea es enseñar a los niños, a través de la fotografía participativa, a que cuestionen el lugar en el que desarrollan sus actividades diarias y, al mismo tiempo, mostrar  como los chicos perciben la zona donde habitan.

¿Cuáles fueron tus primeras impresiones de Lobitos?

Vi que los chicos estaban acostumbrados a los brazos extractores de petróleo y que los han re bautizado como ‘zancudos’ por su forma. Ellos corretean por las playas hasta ciertos lugares, teniendo cuidado de no tropezar con estos. Entonces, pensé que tenemos que lograr que les importe el lugar donde viven para que planteen cambios en el futuro. No pueden acostumbrase a que lo que ven es 'normal' o acepten que cualquiera puede venir e intervenir el espacio en el que están.

¿Cuál es el método que aplica el proyecto?

Llevamos a los niños a los lugares y mientras fotografían, vamos preguntándoles si saben por qué su entorno se ve de esa manera. Les preguntamos también si les gusta y qué piensan acerca de lo que ven.  De esa manera, rescatamos historias y los hacemos reflexionar.

¿Qué sigue después de Lobitos?

Nos vamos para Belén y Mazuza en Iquitos, lugares donde las autoridades no llegan y los camiones de basura tampoco. Vemos a los niños jugando entre desperdicios y bañándose en aguas contaminadas. 

¿El programa también promueve el voluntariado?

Aceptamos personas que sientan que pueden transmitir sus conocimientos y estén dispuestos a comprometerse con Iris. Se trata de compartir lo que saben. También, invitamos a empresas que tengan políticas de  responsabilidad social y que deseen practicar con el ejemplo. Por ahora, las cámaras que tenemos, han sido donadas a través de Facebook.

¿Consideras que también tú aprendes con los niños?

Creo que nunca dejamos de aprender. Podemos enseñar técnicas para fotografiar, pero también hacemos que los chicos se empoderen y sientan que ellos pueden cambiar aquello que les rodea.