MDN
piura

El niño, cuyo nombre no será revelado en este reportaje, aparece despabilado en las revistas especializadas de surf. Se lo ve relajado, corriendo olas de varios metros sin inmutarse. Pero su ritmo deportivo y su vida misma cambiaron, repentinamente, hace más de un mes, cuando comenzó a tomar clases particulares con una profesora llamada Ana Alvarado. La mujer lo ayudaba a resolver las tareas de los libros de su escuela. Esta cruenta historia se centra en Los Órganos, Piura.

La madre del niño de 7 años, o a veces el padre, lo dejaba en la puerta de la casa de Alvarado, en el barrio San Isidro, y luego se marchaba. Nadie imaginaba lo que ocurría al interior de esa casa de dos pisos y pocas ventanas.

El padre del menor, dice que las primeras señalen que lo alertaron fue que, cierto día, en la tercera semana de setiembre, el niño comenzó a proferir palabras obscenas, y mostraba comportamientos insolentes hacia las amigas de su mamá.

“Le preguntamos qué le pasaba, pero el enmudeció”, cuenta. Hasta que el 27 de setiembre, a solas con su madre, el niño confesó la verdad. Esa verdad se la contó después el padre del menor al fiscal Javier Garay Casas, de la Fiscalía Provincial Mixta Corporativa de Talara-Máncora. Horas antes habían acudido a la policía para denunciar el hecho, pero dice que no los atendieron.

En su declaración, el padre del menor denunció a Henry Alva, esposo de la profesora Alvarado, por el presunto delito contra la libertad sexual, al haberle tocado los pies y sus partes íntimas a su hijo. Pero al día siguiente hizo una ampliación de denuncia, luego de enterarse de que Alva –según el testimonio del menor- también le había introducido los dedos en el ano. Y que lo amenazaba con matar a sus padres si les contaba lo ocurrido.

El niño, en su declaración ante el fiscal Garay, dijo que cuando tomaba clases particulares en casa de la profesora Ana Alvarado, su esposo –Henry Alva Castillo, también docente– lo llevaba al baño y lo golpeaba en las manos. Dijo también que le tocaba el pene y otras partes del cuerpo.

El niño narró también que Alva Castillo lo amenazaba diciéndole que, si gritaba o avisaba a alguien, lo iba a matar con su escopeta, o que mataría a sus padres. Después contó que la profesora Alvarado le decía: “soy sorda…”, cuando él le pedía ayuda. Las clases particulares duraron casi un mes, hasta el día en que el niño le confesó todo a su madre.

—Un duro golpe— Ahora el niño de 7 años rehúye de los extraños, llora por las noches en su cuarto, dice que sus padres que no lo quieren. “Incluso ha querido suicidarse con un cuchillo, varias veces. Así sufre mi hijo, todas las noches”, se lamenta el padre del menor. El hombre describe todo el sufrimiento de su hijo tomándose las manos, el cuello, haciendo muecas, como si él mismo lo hubiera padecido o presenciado.

El 30 de setiembre, el fiscal Garay solicitó al juzgado la detención preliminar del profesor Alva. Para ello, adjuntó la declaración del menor y de los padres, así como el examen médico legal y la pericia psicológica. El juez aceptó el pedido y Alva fue detenido ese mismo día.

El certificado médico legal 002597 señala que “se evidencian lesiones traumáticas recientes en regiones extragenital y paragénita ocasionadas por agente contuso de superficie áspera y agente con punta”. Asimismo, se perciben “signos de acto contranatura antiguo”.

En la prueba psicológica 002598-2017, practicada por el Instituto de Medicina Legal de Talara, el niño narra los vejámenes a los que fue sometido tanto por Henry Alva, como por su esposa, en calidad de cómplice o coautora. Ambas pruebas sirvieron para que el juzgado de Paz Letrado de Los Órganos dictara nueve meses de prisión preventiva contra Alva. Ahora él está recluido en el penal de Río Seco de Piura.

—Habla la profesora— ​Nueve días después, el 12 de octubre, el juez dictó nueve meses de prisión preventiva para Alva Castillo. Su esposa, Ana Alvarado, niega todos los cargos y dice que conoció a la familia del niño por recomendación de Orlando Guzmán Dios, director del colegio Ramón Castilla, donde ella también es maestra de alumnos de quinto y sexto de primaria. Tiene 26 años de servicio en dicha institución, y –a juicio del director– es una profesora “impecable”.

La declaración de la profesora coincide parcialmente con la del niño. Sin embargo, en cuanto a los abusos sexuales y tocamientos indebidos, Alvarado dice que no entiende por qué se han ensañado con su familia. “No encuentro una explicación, si lo hemos tratado muy bien. No hemos tenido ningún problema. Mi esposo nunca ha tratado con él, solo lo saludaba y nada más”, dijo a este Diario.

Alvarado recordó que solo una vez su esposo tuvo un altercado con el niño, un día antes de que todo ocurriera. “Mi esposo le hizo un chiste sobre surfistas, comparándolos con vagos. Entonces el niño le dijo: “Ya te cagaste, Henry. Te voy a matar”. Yo intervine pidiéndole al niño que se tranquilizara”, dijo ella.

El caso se encuentra ahora en formalización de la investigación preparatoria contra Alva. Sin embargo, la familia del niño ha pedido que se incluya como coautora a la profesora Ana Alvarado y al director del colegio. Además, piden que se realice un allanamiento a la casa de ambos profesores, pero hasta ahora las autoridades no lo han hecho.

El pasado lunes 23 de octubre, se realizó en Piura la prueba de cámara Gessel. Allí el niño narró, una vez más, los vejámenes y torturas que padeció. Ahora, su familia está enfocada en iniciar un tratamiento psicológico con él y lograr una firme condena contra el presunto abusador. “La justicia en nuestro país es para unos pocos”, dijo su padre.

Contenido sugerido

Contenido GEC