En 2017, Piura sufrió uno de los peores golpes: el río Piura se desbordó como consecuencia de las lluvias de El Niño costero y la falta de trabajos e infraestructura de prevención. Más de 90 mil personas resultaron damnificadas, colegios y centros de salud fueron inundados, y varias viviendas quedaron inhabitables. Casi tres años después de aquel evento, la población piurana vive en constante zozobra ante la llegada del periodo lluvioso y las demoras en las obras de reconstrucción.
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Uno de los principales trabajos que busca evitar una nueva inundación como la del 2017 es la construcción y rehabilitación de las defensas ribereñas de Piura, Castilla y el Bajo Piura, cuya ejecución se ha dividido en tres tramos: desde la represa Los Ejidos hasta el puente Cáceres (tramo I), que comenzó en octubre de este año; y desde el puente Cáceres hasta el futuro puente Integración (tramo II), que empezaron el mes pasado.
El tercer tramo corresponde a las defensas ribereñas del Bajo Piura (distritos de Catacaos y Cura Mori), y el proceso de convocatoria ya está en marcha. Se espera que los trabajos físicos comiencen a fines de diciembre. Tienen un costo de S/ 47 millones, y su financiamiento ha sido asegurado por la Autoridad Para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) y el Ministerio de Economía y Finanzas, mediante una previsión presupuestaria.
Prevenir ante las lluvias
El decano del Colegio de Arquitectos, Pablo Zegarra, dijo a El Comercio que la importancia de las defensas ribereñas se debe a que garantiza que el río no vuelva a inundar la ciudad. “Es la única manera de asegurar la ciudad, pero también los cultivos agrícolas y a las poblaciones que viven cerca de la ribera del río. Por eso es importante que los trabajos en las defensas no se detengan por la temporada de lluvias, salvo que sean lluvias extraordinarias”, dijo.
Con él coincidió el decano del Colegio de Ingenieros de Piura, Manuel Asmat, quien dijo a este Diario que si bien las defensas ribereñas nos protegerán, son solo parte de un componente mayor de prevención. “Son solo un componente de la prevención, los otros son la construcción de reservorios en el Alto Piura, la reforestación en las partes altas y la salida alta, y todo lo que detalle el plan de manejo integral del río”, precisó.
La construcción de defensas ribereñas en las ciudades de Piura y Castilla tienen un costo total de S/233 millones y su ejecución demorará 15 meses. En el tramo I, que abarca desde la represa Los Ejidos hasta el puente Cáceres, está a cargo del Consorcio Los Ejidos, conformado por las empresas H&C Asociados SRL, Construcciones Civiles y Topografía, Pronte Ingenieros SAC y Proyectos del Norte.
El tramo II, que comprende desde el puente Cáceres hasta el futuro puente Integración, es ejecutado por el consorcio Protección Piura y Castilla, conformado por las empresas Basa Construcciones SAC, Constructora Upaca SA y H&C Asociados SRL.
Defensas del Bajo Piura
En el caso de las defensas del Bajo Piura, cuyo costo es de S/ 47 millones, se ejecutará en 22 kilómetros del río Piura, en los sectores del Bajo Piura, que fueron más dañados por El Niño costero del 2017, en los distritos de Catacaos y Cura Mori. Se levantarán los diques en 1,5 metros más, se hará enrocado en varios puntos críticos. La unidad ejecutora es la Municipalidad Provincial de Piura, y los términos de referencia fueron diseñados por una mesa técnica conformada por entidades técnicas, de colegios profesionales y representantes de los diferentes ministerios afines.
De acuerdo con la Resolución Ejecutiva N° 125-2019-RCC/DE, la construcción de las defensas ribereñas en la margen izquierda del río Piura comprende los tramos Mariátegui – Jirón Zepita, Rinconada, Narihualá, Pedregal Chico y Pedregal Grande, ubicados en el distrito de Catacaos y Cura Mori, provincia de Piura.
Vale precisar que Piura, una de las regiones más afectadas por El Niño costero, ha recibido de 2017 a 2019 S/ 3 mil millones transferidos. De esa cifra, se han ejecutado S/ 1.300 millones (43,3%). Sin embargo, el Gobierno Regional de Piura apenas ha ejecutado el 12% de lo que se le ha transferido.
En esta región hay 8 mil damnificados que viven en albergues temporales ubicados en los kilómetros 975 y 980 de la carretera Piura-Chiclayo. Sobreviven sin servicios básicos, a la espera de módulos de vivienda prometidos el 2017 por el exministro de Vivienda Carlos Bruce.
En Piura se deben construir 16.111 viviendas, pero hasta ahora solo se han concluido 7.159 viviendas, que representan el 44%. Hay dos complejos de viviendas (Una sola fuerza y en el Km 980) que se prometieron, pero hasta ahora en ambos los avances son mínimos. A estos lugares serían reubicados los 8 mil damnificados que viven en los albergues.
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