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La tradición de ofrecer dulces en honor a niños fallecidos - 3

En el Bajo aún se mantiene viva la tradición de ofrecer ‘angelitos’ y roscas de muertos a los niños. Dicha acción se realiza el 1 y 2 de noviembre de cada año con el fin de conmemorar a los niños o niñas fallecidas. 

La tradición es que todos los 1 y 2 de noviembre, las personas que perdieron un ser querido salen a las calles en busca de niños y niñas para ofrecerles miel, roscas de muertos y dulces ('angelitos'). Al momento dárselos, les dicen: "Come en memoria de mi angelito". 

En las plazas de Catacaos, La Arena, La Unión, La Legua y otros pueblos del Bajo Piura, las señoras salen desde temprano con sus dulces, en busca de niños a quienes darles de comer. Según algunos especialistas, la tradición simboliza la fe que tienen los pobladores de esta zona en que sus hijos fallecidos están en el cielo, y por ello los recuerdan.

“Come por mi hijito, que en paz descanse”, también les dicen a los niños y luego les dan una palmadita en el hombro antes de que se marchen. Alejandrina Sánchez es una de las panaderas que se encarga de preparar todos los años los tradicionales angelitos. 
 
“El secreto de nuestro éxito está en la calidad de los ingredientes. Mi conciencia y mi fe católica no me permiten usar derivados como el bromato que pueden enfermar a la gente, por ello, en cuestión de ingredientes, no escatimamos gastos. Aunque la ganancia se reduce, ver un cliente satisfecho con nuestros productos es una sensación que no se puede comprar con nada”, comenta Sánchez. 
 
Sus 'angelitos' y roscas de muerto son los productos más solicitados por los piuranos en época de velaciones, pero también le hacen pedidos de otras ciudades como Lima, Arequipa, Ica y tiene un cliente que exporta estas delicias a Estados Unidos.

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