A veces no entiendo a PPK. Es técnico. No hace politiquería, dice. Viene del mundo de los negocios. Entiende los mercados. Sabe que quienes no generen ingresos suficientes para pagar sus deudas es sano que quiebren y salgan del mercado. Lo saludable es que queden en el mercado, únicamente, las empresas viables capaces de competir para dar mejores servicios o productos a los consumidores. Si las reglas del mercado funcionan facilitando el acceso a nuevos clubes de fútbol y agilizando la salida (vía la quiebra) de aquellos clubes que no pueden pagar sus costos, habrá mejores clubes de fútbol, mejor gestionados y, seguro, hasta tendremos buen fútbol.
No obstante, como lo hizo García en su segundo gobierno y Humala después, ahora es PPK quien hace politiquería y se dispondría a condonar las deudas tributarias de los clubes de fútbol. Entendí que García lo hiciera pues es un “animal” político. Igualmente lo entendí de un ex militar como Humala que poco entiende de los mercados. Pero PPK, ¿no es técnico acaso?
El asunto es simple (y PPK lo sabe). Los clubes de fútbol que no pueden pagar lo que deben, como cualquier empresa, deben quebrar y salir del mercado. Solo así el fútbol mejorará.
Perdonar deudas tributarias al fútbol no es una buena idea, por varias razones. Primero, los clubes ven reforzado el mensaje de que si no pagan sus deudas, siempre habrá un politiquero que los perdone. Así lo hizo Alan; le siguió Humala; y ahora lo hace hasta el mismísimo PPK.
Entonces, hoy los perdonan y no pagan. Y en pocos años, habrán generado nuevas deudas que tampoco pagarán, en la esperanza de un nuevo perdón. El perdón llegará. Segundo, los hinchas se perjudican con un fútbol mediocre, pues los clubes ineficientes (que son tantos) encuentran muy buenas razones para mantenerse ineficientes. Tercero, el mensaje llega a todos, no solo a los clubes que no pagan. Los que sí pagan también reciben el mensaje y actúan en consecuencia. Dejan de pagar y comienzan a esperar el perdón.
La suma es que más clubes (incluso los que antes pagaban) prefieren dejar de pagar. Cuarto, el mensaje incluso llega claro y fuerte a otras empresas (distintas de los clubes de fútbol) que también buscarán el perdón de un politiquero. Mejor no pago mis deudas tributarias y espero que el presidente de turno piense en la conveniencia política de dar el perdón, piensan.
Así, ya no es solo que los clubes de fútbol no pagan sus deudas tributarias (esperando un perdón) sino que tampoco lo harán los textileros que enfrenten una nueva crisis; o los azucareros; o los pesqueros. Y muchos más se sumarán. Quinto, la recaudación fiscal no mejorará. Exactamente al revés, pues no pagar impuestos es mejor negocio que hacerlo.
PPK sabe que condonar deudas tributarias a los clubes no nos dará, a la larga, mejor fútbol. Sabe igualmente que tampoco es una medida que promueve mayor recaudación tributaria. Más bien al revés. En suma, PPK sabe que su medida no anotará goles. Solo alimenta pasiones. Ahora ¿es una medida que le dará mayor popularidad? La verdad, no lo creo. A veces no entiendo a PPK.