Walter Aduviri
Walter Aduviri
Ricardo León

El 22 de enero pasado, el presidente de Bolivia, Evo Morales, cumplió 13 años consecutivos en el poder, un récord de permanencia en el cargo en ese país. Aquel mismo martes, no muy lejos, en el tercer piso de una bulliciosa esquina de la Plaza de Armas de , el gobernador regional recibió en su despacho al embajador de la India para el Perú y Bolivia, Mandarapu Subbarayudu. Esta coincidencia en el calendario encierra varios elementos en torno a la intrigante dinámica geopolítica que ha desplegado Aduviri en sus primeras semanas de gestión.

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Acompañado por el embajador, Aduviri recorrió una planta de procesamiento de lana de alpaca, una cooperativa cafetera y un campo de cultivo de quinua, tres productos con los cuales Puno busca grandes mercados.

En los tres lugares que visitó, en breves discursos y declaraciones junto al representante del Gobierno Indio, Aduviri mencionó que las industrias locales se verán beneficiadas “con el gas de Bolivia”. Subbarayudu tomó un café, palpó la lana, disfrutó comer con las manos una trucha cocida y prometió difundir estos productos en su país, pero sobre el tema del gas boliviano no se pronunció. Diplomacia, al fin y al cabo.

El del gas es el primer asunto que Aduviri puso en agenda desde que asumió el cargo a inicios de enero. Poco antes, cuando ya había sido elegido gobernador, se reunió en La Paz con el presidente Morales. En la cita, le explicó su deseo de que los puneños puedan acceder al gas boliviano a través de un gasoducto. Morales dijo, pocos días después: “Atendiendo a la demanda, estamos preparándonos para prestar este servicio en el Perú”.

Esto provocó que, desde una posición incómoda, el primer ministro César Villanueva declarase (o aclarase) la postura oficial: “Nos vamos a reunir [con el Gobierno de Bolivia] para revisar las alternativas”, dijo, y dejó en claro que la gestión debía ser a nivel de gobiernos centrales, y no regionales. “No nos oponemos a la propuesta, pero tenemos que trabajarlo a nivel de gobierno”, agregó.

Modelo para armar

Además del gas, Aduviri en varios discursos públicos ha aludido al modelo boliviano como una suerte de hoja de ruta en su gestión. Esto causa una mezcla de entusiasmo y duda en la opinión pública del Altiplano.

El sociólogo puneño Domingo Mendoza conoce bien sobre el trasfondo de esta cercanía porque, además de analista político, fue asesor del Ministerio de Educación de Bolivia entre el 2006 y el 2007, en los primeros años de gestión de Evo Morales.

Según dice Mendoza, Aduviri podría eventualmente convertirse en “un líder de la macrorregión sur” aprovechando este vínculo con Bolivia. Sin embargo, critica la postura de querer imitar ciertos aspectos del modelo boliviano. “Es un tremendo desacierto. Para copiar el modelo boliviano, el Perú tendría que cambiar la Constitución, ese es el chaleco de fuerza de Aduviri”, explica.

Algo similar opina Paulo Vilca, politólogo puneño y ex viceministro de Interculturalidad. “Las condiciones y características de Bolivia son muy distintas, y querer implementar algunas medidas similares aquí no es tan sencillo ni tan automático. Más que hablar del modelo boliviano, lo que Aduviri busca es tomar el prestigio político que tiene Morales entre cierto sector de la ciudadanía, y utilizar ese espejo”, comenta.

Días atrás, en entrevista a “Perú 21”, el embajador de Bolivia en el Perú, Gustavo Rodríguez, declaró: “Si Aduviri coincide en algunos puntos con nosotros, es fruto de su propia reflexión”. Diplomacia, al fin y al cabo.

* Con la colaboración de Carlos Fernández

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