En 1992, Ollanta Humala, bajo el seudónimo de 'Capitán Carlos', tomó el mando de la base contraterrorista de Madre Mía, en la selva de San Martín, muy cerca de la frontera con la región Huánuco.
Esta fue una de las zonas más violentas del país durante los años de la guerra contra el terrorismo. En la primera mitad de la década de 1980, columnas armadas de Sendero Luminoso incursionaron en la zona y controlaron enormes territorios, amenazando a las autoridades y a quienes colaboraban con las Fuerzas Armadas.
En los años 90, el Estado creó diversas bases militares para contrarrestar el avance senderista. Una de ellas se ubicó en Madre Mía.
Según testimonios recogidos en los últimos años, en esta base se habrían cometido ejecuciones extrajudiciales, así como desapariciones de presuntos terroristas. Algunos de estos casos inculparían a Ollanta Humala. Recientemente, se han revelado audios que demostrarían que, años después, cuando era candidato a la presidencia, Humala habría ofrecido dinero a testigos para que retiren denuncias en contra suya.
Esta semana, El Comercio recorrió la base de Madre Mía, que está abandonada pero que aún corona el mismo cerro con vista a todo Madre Mía.