Los trabajadores Billy Jack Shaler Mejía y Miguel Rodríguez murieron calcinados en el centro de la ciudad de Tacna, luego de que los dejaran encerrados en un local de la empresa Cicsa. Cuando un voraz incendio se desató dentro de las instalaciones estos no pudieron huir porque la puerta estaba con llave.
Medios locales de Tacna dieron cuenta de que los transeúntes podían oír los gritos de auxilio de ambos trabajadores e intentaron ayudarlos con apoyo de la Policía Nacional del Perú, pero no lograron abrir la única vía de escape.
Una vecina narró como los dos varones gritaban “¡Está cerrado con llave, no podemos salir!”. Uno de los trabajadores golpeaba fuertemente la puerta intentando abrirla, pero no lo logró. Casi media hora después se percataron que los dos ciudadanos habían fallecido.
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Las dos víctimas murieron al interior de una mini central eléctrica en donde se registraron explosiones pasada las 4:00 p.m. de este lunes 20 de noviembre.
Ante la gravedad de los hechos, la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) inició con las investigaciones y determinar las responsabilidades. “Permaneceremos vigilantes a este caso, realizando las acciones de fiscalización respectivas”, señaló la institución a través de su cuenta de X, antes Twitter.
Además, los deudos de los fallecidos denuncian que hasta la fecha, transcurridas varias horas tras el siniestro, los responsables de la empresa contratista no se han comunicado con ellos.
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Eder Rodríguez, hermano de Miguel, aseguró que los buscó toda la tarde y noche para conversar con algún representante, pero no lo ha logrado.
“Hasta ahora yo no tengo ningún comunicado. Yo he estado buscando números para conectarme con superiores, superiores que también son obreros porque creo que esta empresa se maneja desde Lima. Nosotros pedimos como obreros es que las empresas no ayuden en estos momentos, que no nos dejen de lado, y que no nos sigan tratando como unos obreros”, dijo a Radio Uno de Tacna.
También detalló que dos niños quedan en la orfandad tras la muerte de su padre y que su hermano trabajó durante dos años en la empresa Cicsa, mientras que el otro fallecido tenía muchos más años de labores.