Sarita Panduro está sentada en la sexta fila de los asientos colocados provisionalmente sobre la cancha del estadio Aliardo Soria. Se vistió con una blusa roja de flores, mascarilla con motivos shipibo – la de los días especiales–, y aretes dorados. Hizo cola desde las 4 de la tarde bajo los 32°C del sol pucallpino y logró ser de las primeras en entrar. Cuatro horas después, maravillada, se para de su silla y canta con la mano en el pecho: “Para ti oh Pucallpa querida son tus hijos que en gran galardón, entonándote un grito del alma ofrendarte esta noble canción”.
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Es el himno de Pucallpa, su tierra, y por primera vez en sus 76 años lo escucha en versión sinfónica. Es la primera vez que tiene esa oportunidad porque en toda su vida, que es casi la misma de creada la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú (OSN), nunca antes el elenco musical de la nación había llegado a Ucayali. El sábado 17 de setiembre se salda esa deuda y Sarita junto 13 mil personas escuchan en vivo a 60 músicos profesionales interpretar desde música clásica hasta canciones populares escogidas especialmente para ellos.
“Hemos tenido un especial énfasis en la música que llegue al corazón de la población, que haga que se identifique y pierda un poco el prejuicio de lo que es un concierto sinfónico”, explica a El Comercio el maestro Fernando Valcárcel, director de la OSN.
Por eso, esa noche, la orquesta toca con la misma dedicación El Danubio azul de Johann Strauss y Mujer hilandera de Juaneco y su combo. La diferencia, claro, es que con los temas de Wilindoro Cacique nadie se queda en su sitio y la solemnidad se convierte en baile. Desde la cancha a las tribunas oriente, norte y sur del estadio, el coro de los pucallpinos que ha llegado en familia y amigos se complementa con los violines, violonchelos, clarinetes, trompetas y trombones. Nadie es ajeno a la emoción y los músicos y el maestro, que para la parte final del concierto se ha colocado una cushma para rendir homenaje a la cumbia amazónica, son unos “rock stars”.
Regreso esperado
La visita de la OSN a Pucallpa se realizó como parte del retorno de las Giras Bicentenario, organizado por el Proyecto Especial Bicentenario y la Dirección de Elencos Nacionales del Ministerio de Cultura. La última vez que la orquesta visitó la selva peruana fue en el 2019, cuando congregaron en Iquitos a 8 mil personas. Esta vez, la meta eran 10 mil y que se haya superado la expectativa tiene un impacto que trasciende a esa noche.
“Muchas veces se piensa desde afuera que estos espectáculos no van a tener éxito, pero con buena planificación, trabajo y difusión se puede llevar a muchas personas interesadas y ampliar la oferta. Es un incentivo para que se pueda apostar en ello porque hay una demanda y estas presentaciones masivas lo demuestran”, explica Ítalo Ilizarbe, director de Elencos Nacionales del Mincul.
Lo que sigue es que las giras continúen hasta el 2024, cuando se conmemora el bicentenario de las batallas de Junín y Ayacucho. Además de la Sinfónica, los elencos incluyen el Coro Nacional, el Ballet Nacional y el Ballet Foclórico Nacional. “La Independencia se gestó en la lucha de muchos peruanos en regiones y esta es una forma de retribuirles”, sostiene Hildebrando Castro Pozo Chávez, director ejecutivo del Proyecto Especial Bicentenario.
Antes del concierto, la OSN dio una clase maestra a 50 personas, entre ellos miembros de la orquesta sinfónica municipal.
Antes del concierto, la OSN dio una clase maestra a 50 personas, entre ellos miembros de la orquesta sinfónica municipal.
Antes del concierto, la OSN dio una clase maestra a 50 personas, entre ellos miembros de la orquesta sinfónica municipal.
Antes del concierto, la OSN dio una clase maestra a 50 personas, entre ellos miembros de la orquesta sinfónica municipal.
Antes del concierto, la OSN dio una clase maestra a 50 personas, entre ellos miembros de la orquesta sinfónica municipal.
Antes del concierto, la OSN dio una clase maestra a 50 personas, entre ellos miembros de la orquesta sinfónica municipal.
Antes del concierto, la OSN dio una clase maestra a 50 personas, entre ellos miembros de la orquesta sinfónica municipal.
Antes del concierto, la OSN dio una clase maestra a 50 personas, entre ellos miembros de la orquesta sinfónica municipal.
Antes del concierto gratuito, diez músicos de la OSN brindaron una clase maestra a cincuenta personas, entre jóvenes integrantes de la Orquesta Sinfónica Municipal y público en general. El único requisito era tener conocimientos intermedios en música. Aún así, para algunos fue la primera vez que tuvieron la oportunidad de recibir instrucción en instrumentos como la viola.
Hay un “hambre de arte real” en todo el país –añade Valcárcel– y eso es evidente cuando después del concierto de dos horas, más de un pucallpino se pregunta cuándo volverán.