Edwin Chota es uno de los cuatro indígenas asháninkas que fueron asesinados el pasado 1 de setiembre por madereros ilegales en la comunidad nativa del Alto Tamaya-Saweto, en la región Ucayali, zona cercana a la frontera con Brasil.
Como jefe de la comunidad de Alto Tamaya-Saweto, en abril del 2013 ya había advertido la necesidad de protección de parte del Gobierno peruano y de que se hagan respetar los derechos de los pobladores originarios de la localidad.
“Lo otro es que no hay una política de frontera. No hay presupuesto para la Policía, la Marina, el Ejército o lo que compete”, dijo entonces. En un video difundido en YouTube, se le escucha insistir en su pedido proteger la integridad física de los miembros de su comunidad.
Ello porque, contó, ya habían visto a madereros ilegales con machetes en mano y haciendo disparos con armas de fuego. Mencionó además que hubo conversaciones para destacar más policías a la zona, pero los gastos iban a ser pagados por una ONG.
“Es un riesgo de vida para nosotros mismos”, también manifestó en la grabación, en la que también comenta que se había pedido capacitación para que los miembros de su comunidad se defiendan por sí mismos. Otros problemas que mencionó se referían a la educación, pues no había docentes para los niños, y la salud.
Como se recuerda, El Comercio fue el primero en dar cuenta del asesinato de los asháninkas en base a una confirmación del Ministerio de Cultura. Asociaciones indígenas informaron que los otros fallecidos son Leoncio Quincima, Jorge Ríos y Francisco Pinedo. Ellos se dirigían a una reunión de líderes de comunidades indígenas asentadas en la frontera Perú - Brasil con el fin de revisar su estrategia de vigilancia fronteriza frente a la tala ilegal, la deforestación y el narcotráfico.
También hace más de un año, “The New York Times” alertó sobre la corrupción en Perú en la lucha contra la tala ilegal.
SE SUSPENDIÓ DILIGENCIA
Para hoy miércoles estaba programado que fiscales, médicos forenses y policías realicen una diligencia en la zona donde se produjeron los asesinatos. Esta se suspendió por lo complicado del acceso a la zona, pero dos helicópteros de la Policía ya han hecho sobrevuelos.