#UnaSolaFuerza: el perfil psicológico de los peruanos en crisis
#UnaSolaFuerza: el perfil psicológico de los peruanos en crisis
Natalia Molina

NATALIA MOLINA

Evangelina Chamorro emerge del barro. Se levanta tras ser arrastrada por un huaico. Se convierte en un símbolo de lucha, de resistencia y de fortaleza. Evangelina además se convierte en un ejemplo de resiliencia. La Real Academia Española RAE define esta palabra como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.

Psicológicamente, se trata de un principio que señala que las personas se recuperan, con mayor o menor dificultad, de las situaciones adversas que les toca enfrentar. Algunas personas, sobre todo los niños, tienen mayor resiliencia que otras. A medida que uno aumenta en edad, la resiliencia disminuye, según explica el médico psiquiatra Carlos Vera. ¿Cuál es el grado de resiliencia del país? ¿O, dicho de otra manera, cómo está nuestra salud mental ahora que se enfrenta una emergencia nacional?

La verdad es que, durante los últimos días de desastres, escasez de agua y otras calamidades, la desesperación ha comenzado a apoderarse de la población. No es descabellado: hace mucho tiempo que el país no se enfrentaba a una emergencia tan grande y generalizada, y la intranquilidad, el miedo y la incertidumbre embargan a más de uno.

En varios distritos de Lima no hay agua y tampoco certeza de cuándo se regularizará el servicio. Motivo suficiente para que impere el mal humor. Y con el correr de los días, esta situación se agrava. Se intensifica la incomodidad, el enojo y la ira.

Esta no es la terrible realidad de daños y muertes que atraviesan los peruanos de las zonas más castigadas por las lluvias y huaicos en el país. Sin embargo, Lima vive estos días de tragedia en medio de una situación complicada. La molestia de los limeños es justificable, sobre todo debido a la falta de certeza frente al futuro, explica el médico psiquiatra Carlos Bromley. “Cada uno vive su realidad. El malestar se debe a la incertidumbre. No sabemos qué va a pasar y eso genera ansiedad”, dice.

Por su parte, el psicoanalista Leopoldo Caravedo menciona que la angustia es natural pues el agua es una necesidad básica, esencial para la vida, y que la población necesita saber que el gobierno está respondiendo acorde al momento difícil. Por ello “es importante que haya un buen sistema de transmisión de información. Importa cómo se comunican las cosas”.

Expresiones positivas y negativas

Sin embargo, las redes sociales, así como los diferentes espacios de conversación se han convertido en afluentes de quejas, así como de críticas y hasta insultos. Están los que publican sobre huaicos, los que critican por publicar sobre huaicos y los que critican a los que critican. En realidad, hay mensajes de todo tipo y estos revelan de alguna manera el sentir de muchos peruanos. ¿Es este tipo de desfogue beneficioso para nuestra salud mental?

Los mensajes negativos no aportan a la situación que se vive en el país, opinan los especialistas. Los mensajes positivos, en cambio, permiten que se cree un clima de esperanza que sí ayuda a los peruanos a sentirse mejor.

Estas expresiones de negatividad generan una suerte de respuestas en cada cadena de otras personas que tiene sentimientos similares, explica Carlos Vera. “A la larga se forma una masa de gente con un sentimiento que no es benéfico”. Los mensajes donde reluce la ira (contra Sedapal, contra otras personas, contra la activación del safety check en Facebook, etc.) no benefician, por eso sería mejor evitarlos. “En estos momentos no apoya mucho criticar a otros. Es momento de tomar las cosas en frío, tomar las situación con calma”, dice.

Por su parte, Bromley recomienda enviar mensajes positivos o de fe, no necesariamente religiosa, pero sí de esperanza ante una mejoría, pues en varios puntos del país hay personas que lo han perdido todo.

Para Caravedo, es importante que el gobierno también transmitir un mensaje de aliento. “Hay que transmitir esperanza. Decirles a los damnificados que van a poder rehacer su vida”, indica.

¿Cómo canalizar la frustración? 

Muchos grupos se han organizado para ayudar a las personas menos favorecidas y otros cientos de ciudadanos llevan donativos a puntos de acopio en diferentes puntos de la ciudad.

Las donaciones (de bienes o de tiempo) no solo ayudan a quienes la reciben, sino también a quienes las entregan. Ayudan a reducir el malestar y a canalizar la frustración de una manera positiva, según explica el médico psiquiatra Carlos Vera Scamarone.

Cualquier persona necesita saber que es importante. Somos un sistema social. Apoya mucho el hecho de saber que uno está ayudando. Beneficia mucho”, expresa.

Coinciden al respecto Bromley y Caravedo. Este último refiere que además de que el país va a necesitar muestras de apoyo, “estas pueden ser una buenísima oportunidad para que la gente canalice todas sus angustias y temores y se sienta valiosa al ayudar a otros compatriotas”.

“Todo va a mejorar”

Consultados sobre los donativos con mensajes positivos (en redes se ha visto latitas pintadas con “todo va a mejorar” “fuerzas”, entre otros), los especialistas en salud mental coinciden: es un mensaje de esperanza que puede contribuir a mejorar el ánimo de la población.

Esto aporta a que los damnificados sientan que hay otros compatriotas que están pensando en ellos, que colaboran, que les envían alimentos, ropa, cosas que puedan ayudar a sobreponerse a lo que están viviendo, explica Caravedo.

Vera apunta que los afectados necesitan mantener la fe y la calma, por lo que “una carta escrita o algún mensaje apoya mucho más que algo indirecto o superficial”.

Finalmente, los mensajes de esta naturaleza contribuyen a que los damnificados no se sientan solos. “Las latitas no solo valen los  soles que cuestan, también representan que otra persona está pensando en los afectados”, refiere Bromley.

El morbo psicosocial

En medio de todas las dificultades, también hay personalidades negativas que revelan un lado sombrío del ser humano. Algunos individuos contribuyen a generar caos y, desde detrás de una pantalla, esparcen falsos rumores para alarmar a la población.

Existe un porcentaje no mayoritario de personas, que “se satisface de una manera morbosa al alimentar rumores. Estas personas tienen algún tipo de pulsión, ansiedad o ira contenida y gozan de manipular a las masas”, según afirma Vera.

Algunas personas descargan así todo su sadismo, explica Caravedo. “Es una forma de hacer sufrir a la gente. Es muy corrosivo, muy dañino para cualquier grupo humano. Nunca faltan, desgraciadamente. Hay gente que se siente con poder al influir negativamente en las demás personas”, precisa.

El especialista subraya que es muy importante tener un buen sistema de información para que la gente permanezca tranquila “frente a este grupo que trata de difundir desesperanza”.

Salir del lodo

Los damnificados pueden enfrentar depresión, ansiedad o cuadros de estrés, coinciden los especialistas. No solo pierdes tu casa, sino que pierdes el sentido de vivienda, dice Bromley. Frente a ello, recomienda que el gobierno busque mecanismos para que los damnificados no sean reubicados en espacios dispersos. “Las personas y familias deberían permanecer juntas, en lugares grandes”, manifiesta.

Además, los damnificados deben recibir tratamiento especializado. “Que se les diga que uno se recupera. Yo les diría que todo va a estar bien, que todo va a pasar”. Según explica el psiquiatra, se trata de la llamada “terapia de realidad”.

Por otro lado, las personas necesitan entretenimiento. En este aspecto puede contribuir la sociedad civil organizada. Es importante que los niños y también los adultos se distraigan de alguna manera. El especialista recomienda llevarles funciones de teatro o cine al aire libre.

También se necesita formar espacios para la escucha de las angustias de los afectados. “Necesitan hablar de las cosas que vivieron”, dice y agrega que es importante que las personas de a pie vean que las autoridades se hacen cargo de los problemas, “eso hace que se recupere la confianza”, expresa Caravedo.

Vera agrega que las personas que reciben más pronto ayuda psicológica ante las situaciones de desastre son las que se recuperan más rápido de todos estos procesos difíciles y que en muchos casos las personas con tendencia a la depresión o las más vulnerables, como los ancianos o incluso las víctimas de bullying, pasan momentos muy difíciles pues viven con mayor intensidad la tragedia.

Frente a ello, el psiquiatra recuerda que la resiliencia, que define como el amoldamiento o resistencia que permite que las personas se sobrepongan a las dificultades a pesar de lo duras y trágicas que sean, es un principio a recordar durante estos días.

Siguiendo este principio psicológico, el país se va a sobreponer a esa situación difícil. Todos los peruanos. Ante la negatividad y la desesperanza, fe, esfuerzo, colaboración y hermandad. #ElPeruTeNecesita #UnaSolaFuerza

Sepa cómo y dónde dejar donativos para damnificados por huaicos y lluvias — Sociedad El Comercio (@sociedad_ECpe)

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