Hace dos semanas El Comercio publicó un informe que explicaba los problemas de la atención primaria en el país. Y en ese informe también se detalló cómo se había incrementado el índice de niños con anemia y cómo había bajado la cobertura de vacunación en el Perú.
Es a raíz de esa publicación, y de que nos encontramos en la Semana de la Vacunación en las Américas, que resulta pertinente analizar las razones por las que ha caído la cobertura de inmunización y cuáles son las consecuencias. Esto es de particular importancia para todos los peruanos, ya que está científicamente comprobado que la inmunización es la manera más simple y menos costosa de salvar la vida de un niño y de asegurar su desarrollo físico e intelectual.
Deficiencia inmunológica
El Perú ha conseguido logros significativos en materia inmunológica en los últimos años. Hemos logrado eliminar enfermedades como la poliomielitis (1991), el sarampión (2001) y la rubeola (2007).
No obstante estos logros, las cada vez más bajas tasas de vacunación en el ámbito nacional colocan al Perú en riesgo de reintroducción de enfermedades, lo que pone en peligro la vida y la salud de nuestros niños, sobre todo en las zonas más pobres del país. Según cifras del INEI, la proporción de menores de 36 meses con vacunas completas ha caído en los últimos años.
En entrevista exclusiva con El Comercio, el viceministro de Salud Pública, Percy Minaya, sostuvo que la principal razón por la cual hemos bajado en las coberturas de inmunizaciones es el cambio de la protección contra la poliomielitis; antes se administraba por gotas y ahora son inyectables. Para el viceministro, “cuando hicimos el cambio nos aseguraron que las vacunas estaban disponibles en el mercado, pero luego nos dimos cuenta de que había escasez de estas”. Para Washington Toledo, el actual coordinador nacional de inmunizaciones del Ministerio de Salud, la metodología del INEI no es la adecuada para determinar los índices de cobertura.
Es importante mencionar, sin embargo, que el cambio de gotas a inyectables se dio en octubre del 2013, por lo que este argumento no explicaría del todo la caída sostenida desde el 2011. Además, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la población inmunizada contra la difteria, pertussis, tétanos y poliomielitis en el Perú ha disminuido y nos encontramos en desventaja frente a otros países de la región.
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Cambio de turno
Con el fin de aumentar la cobertura de vacunas en el país, en el anterior gobierno se creó el Comité Consultivo de Estrategia de Inmunizaciones en el Ministerio de Salud (Minsa), formado por médicos especialistas. En declaraciones a El Comercio, Washington Toledo sostuvo que “entre el 2009 y el 2011 el comité fue el más productivo”.
De hecho, durante esa gestión se agregaron nuevas vacunas al Esquema Nacional de Vacunación como, por ejemplo, el rotavirus, neumococo, VPH, influenza y, además, se incorporaron los refuerzos que son fundamentales para asegurar una inmunización adecuada.
Sin embargo, con el cambio de gobierno en el 2011, muchos de los expertos dejaron de ser parte del comité. Tres ex miembros del comité consultivo, que prefirieron no ser identificados, sostienen que este fue debilitado de manera significativa y, más significativo aun, se incorporó a miembros que tenían reservas con las vacunas.
Percy Minaya sostiene que es verdad que muchos expertos se retiraron del comité, sin embargo, él desconoce que formen parte de este personas que están en contra de las vacunas. El viceministro, no obstante, señala que durante la gestión del ministro Alberto Tejada (2011-2012), el doctor Luis Alberto Maya, conocido por su oposición al timerosal (un tipo de preservante de las vacunas), fue asesor del ministro y hubo varios debates dentro del ministerio.
No es del todo claro el nivel de influencia que el movimiento antivacunas haya tenido en las decisiones al más alto nivel. Pero lo que sí es claro es que el Comité Consultivo de Estrategia de Inmunizaciones fue debilitado con el cambio de gobierno.
Laberintitis en el Estado
La falta de información en el Estado también es preocupante y dificulta aislar las variables que explicarían la baja en el nivel de coberturas. Según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el presupuesto destinado a la compra de vacunas ha sido errático, así como el del programa Niños con Vacuna Completa [ver cuadro]. Sin embargo, en el Minsa se nos presentaron cifras distintas, lo cual genera una confusión acerca de cuáles son los verdaderos números.
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Mano de cirujano
En teoría, el Minsa determina las especificaciones generales de las vacunas y administra su compra y distribución. Por su parte, los gobiernos regionales, a través de los establecimientos o redes de salud, formulan las solicitudes de compra y son los encargados de vacunar a los niños o adultos, conforme los protocolos médicos aprobados por el Ministerio de Salud.
Este principio es importante porque es la base de una compleja cadena de valor. Y el problema empieza con los gobiernos regionales que tienen serias dificultades de planificación y gestión para hacer sus pedidos. Además, para el Minsa, no es claro cómo se utilizan los recursos transferidos a las regiones para implementar las campañas de inmunización.
Por otro lado, una vez que llegan los pedidos de las regiones, es el Minsa el encargado de hacer las compras. Actualmente, el Perú es parte del fondo rotatorio de la OPS que atiende a varios países al mismo tiempo, pero que garantiza precios óptimos para el Estado. Sin embargo, el abastecimiento de vacunas depende de la planificación estatal. Esto significa que de haber atrasos en los pedidos, se genera un grave contratiempo en el abastecimiento. Para uno de los médicos que formó parte del comité consultivo antes del 2011, hoy el Minsa enfrenta inconvenientes para planificar sus compras y por ello escuchamos en muchas ocasiones que no hay vacunas en los centros de salud en país.
Si uno ve la cobertura de un recién nacido en el 2014, la vacuna contra la tuberculosis (BCG) es significativamente más alta (94,3%) que hepatitis B (78,1%), lo cual es difícil de entender porque las dos son puestas al momento de nacer, lo cual motiva una gran interrogante.
Doble dosis
Una vez que las vacunas llegan a su centro de salud y estas son administradas, es necesario hacer un seguimiento constante cuando se necesita más de una dosis. Sin embargo, en el Perú no ha existido un desarrollo del sistema integrado de seguimiento, lo que repercute de manera significativa en la eficacia de la gestión.
Esto lo hemos podido ver en los altos niveles de deserción para las segundas y terceras dosis de la vacuna pentavalente (difteria, pertussis, tétanos, hepatitis B y haemophilus influenza B) que se administra en los meses 2, 4 y 6. Por ejemplo, en el 2014, la brecha entre la primera y la segunda dosis fue de 118.290 y la brecha entre la segunda y la tercera fue de 105.123. El que no se culmine con el proceso de vacunación equivale a que el niño no haya sido inmunizado y el dinero sea desperdiciado.
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Oportunidad perdida
Las campañas informativas son de fundamental relevancia para que los padres conozcan sobre qué vacunas deben recibir sus hijos, a qué edades y contra qué enfermedades. Sin embargo, la propaganda sobre vacunación es casi inexistente.
Asimismo, los padres deben saber que un trabajador del sector salud debe acudir a los colegios públicos para vacunar a los niños. Y que si esto no ocurre, ellos los pueden llevar a cualquier establecimiento de salud, donde deberían recibir las vacunas de manera gratuita.
También es necesario capacitar a las personas encargadas de inocular a los niños. No solo para que sepan qué nuevas vacunas existen y deberían comenzar a poner (como el caso de la vacuna inyectable contra la poliomielitis), sino también para que sepan que cada vez que un padre se acerca con su hijo a un centro de salud por cualquier motivo, se le debe preguntar si está vacunado o no. Los médicos llaman a la ausencia de lo anterior la oportunidad perdida.
*Con la colaboración de Ariana Lira y Elody Malpartida