En enero del próximo año arribará al país el primer lote de vacunas bivalentes para el COVID-19. Así lo confirmó la ministra de Salud, Rosa Gutiérrez. Sin embargo, no especificó la fecha exacta de llegada del producto o cuándo comenzaría su aplicación.
A diferencia de las vacunas contra el coronavirus que ya se aplican en el Perú, las bivalentes contienen dos componentes de ARN mensajero (ARNm) del SARS-CoV-2. De esta manera, se logra generar anticuerpos para combatir no solo la versión original del virus, sino también los linajes BA.4 y BA.5, de la variante ómicron.
Percy Mayta-Tristán, experto en salud pública de la Universidad Científica del Sur, explicó a El Comercio que lo que la tecnología ARNm hace “es enseñarle al cuerpo a producir, por un tiempo limitado, proteínas del virus para que luego –cuando ocurra una infección– el organismo identifique al SARS-CoV-2 y pueda combatirlo”. Agregó que “lo que hace el virus es mutar constantemente para que el cuerpo no lo reconozca”.
“Desde que apareció la primera variante en China, ha habido muchos cambios en el virus. Incluso, se han detectado más variables a partir de la aparición de ómicron”, advirtió, en tanto, el infectólogo Leslie Soto.
El primer lote de vacunas bivalentes se empleará principalmente en poblaciones de riesgo, anunció el Ministerio de Salud. Este tipo de productos, indican Mayta-Tristán y Soto, se usan desde hace ya varios años, para virus como la influenza.
Una vacunación desacelerada
Si bien las campañas a escala nacional para la aplicación de la primera y segunda dosis fueron exitosas, la cobertura de la tercera tan solo es del 73,84%, mientras que de la cuarta se mantiene por debajo del 25%.
Hay tres regiones del país que aún no superan el 85% de mayores de 80 años vacunados con la primera dosis. Esta es la situación de Loreto, Ucayali y Madre de Dios. En Puno se evidencia el menor porcentaje de población vacunada con la cuarta dosis.
Se requieren campañas de comunicación
“Lo que falló en el Ministerio de Salud, durante la gestión pasada, fue que se cayó la campaña de comunicación de la vacunación”, argumentó Mayta-Tristán. “Las vacunas tienen que venir acompañadas de un programa de información. La idea es saber explicar que estas vacunas van a ayudar en mayor grado que las anteriores”, finalizó Soto.