En el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) viven alrededor de 467 mil personas en 69 distritos que pertenecen a Ayacucho, Apurímac, Cusco, Huancavelica y Junín. El 70% de ellas tiene como idioma nativo una lengua indígena u originaria. Esto debido a que en el valle viven 600 localidades pertenecientes a pueblos indígenas u originarios: asháninka, kakinte, matsigenka, nomatsigenga yquechuas. La mayoría de habitantes sobrevive entre la pobreza y pobreza extrema.
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Según el Plan Estratégico para el Desarrollo del Vraem para el período 2018-2021, elaborado por la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), los distritos con mayores niveles de pobreza total se concentraron en Ayacucho, especialmente en las provincias de Huanta y La Mar.
El distrito con el nivel más alto de pobreza es Pucacolpa, donde casi toda su población (89%) carece de recursos. Peor aún, el 58% de los habitantes de este distrito se encuentran en una situación de pobreza extrema.
Entre otros indicadores que muestran la ausencia del Estado en los distritos del Vraem se tiene que cerca de 6 mil de sus habitantes no cuentan con DNI. Además, el 34% de los niños de 0 a 3 años padecen de anemia y el 39% de las instituciones educativas requieren ser reconstruidas.
El Plan Vraem 2021 también evidencia los problemas de infraestructura que hay en las vías que conectan los distritos del Vraem. Según el documento, el 42% de las vías se encuentran sin afirmar y el 26% son trochas. En general, 905.59 kilómetros de vías de los distritos de influencia y 635 kilómetros de los distritos de intervención directa están en mal estado de transitabilidad.
En la mayoría de distritos el acceso a servicios como el Internet es un lujo. Según el diagnóstico de Devida, 10 distritos de los departamentos de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac no tienen ninguna comunidad con acceso a ambos servicios.
En lo que respecta a servicios de agua y desagüe, el 70% de las viviendas de la zona rural cuentan con el servicio de agua, mientras que solo el 44% cuenta con desagüe.
El exjefe de Devida Rubén Vargas dice que estas cifras reflejan que, a diferencia de lo ejecutado en el Alto Huallaga, en el Vraem solo se establecieron estrategias para enfrentar el terrorismo y no con objetivos integrales que beneficiaran el desarrollo de la población.
“Hay indicadores bastante preocupantes, y con la situación en la que viven los sectores rurales con la pandemia eso ha empeorado. Es una población en pobreza extrema, con un promedio mucho más alto que el promedio nacional. Hay población que no cuenta con DNI en el Vraem. No son reconocidos como ciudadanos”, manifiesta el también exministro del Interior.
Los objetivos
En el plan elaborado por Devida en el 2018 se han planteado objetivos a corto, mediano y largo plazo para reducir estas brechas en coordinación con otros 18 ministerios como el MIMP.
El presidente ejecutivo de Devida, Fidel Pintado, explica que con este plan es la primera vez que se plantean estrategias multisectoriales en favor del desarrollo de la población y no solo sobre la seguridad en la zona ya que esa labor está a cargo de la policía y el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. Devida ha sido la entidad encargada de monitorear el cumplimiento de las metas planteadas para cada sector.
“Entre el 2019 y el 2021 se invirtieron S/ 2 mil 100 millones. En los rubros donde más se ha invertido es en ampliar la cobertura de transporte vial y servicios públicos y esto está a cargo del MTC y Vivienda. Esa inversión ha sido de S/950 millones. Otro de los rubros fuerte es el de Minagri, Produce y Devida que tiene que ver con el escalón de la cadena productiva con ampliar la frontera agrícola con productos alternativos. Con la implementación de plantas de café y cacao. Se invirtieron S/ 482 millones en ello. También están los S/56 millones a cargo del Minsa y del Minedu”, precisó Pintado a El Comercio.
Pintado también detalla que solo Devida ha invertido en el Vraem, entre mayo del 2019 y este año, casi S/ 200 millones en proyectos y actividades productivas, así como en el mejoramiento de caminos vecinales. Con esto se ha logrado que en 21 mil 523 hectáreas se trabajen con cultivos alternativos como plata, café, guanábana, entre otros, para evitar que se continúe en la producción de hoja de coca. También, indicó se han implementado 900 piscigranjas.
“Tenemos 21 mil 523 hectáreas de cultivos alternativos y 41 mil 500 familias solo del Vraem han sido incorporadas a programas de desarrollo alternativo no solo en agrícola, sino en peces”, indicó.
La pandemia por el COVID-19 también ha afectado los proyectos de inversión que se habían planteado en el Vraem. Sin embargo, el jefe de Devida asegura que esperan que para fin de año se logre incrmental 10 mil hectáreas de cultivos alternativos a los existentes.
“De esas 21 mil hectáreas que tenemos ganados definitivamente podemos reducir la producción de coca. En el Vraem hay 26 mil hectáreas de hoja de coca. De acá a diciembre queremos incrementar a 10 mil hectáreas más de cultivos alternativos en nuestra propuesta de trabajo y aumentar a 10 mil familias más que trabajen en cultivos alternativos”, afirmó.
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