Formados en filas en un ambiente de la base policial Los Wari, en Huanta (Ayacucho), los policías de la División de Operaciones Antidrogas velaron ayer los cuerpos de su compañero el suboficial PNP Elder Soto Mozombite y del técnico Pedro Vitella Castro, de la Policía de Carreteras. Ambos murieron durante un enfrentamiento con un grupo de 19 narcotraficantes en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
La operación se inició a las 6:30 a.m. del martes 13, cuando los policías fueron informados de que había droga oculta en un escondite cerca de la laguna Apacheta, a 6 horas desde Huanta y a una altura de 4.400 metros. Una patrulla de 15 agentes se enrumbó hacia la zona; cerca del mediodía llegaron al lugar, que era resguardado por sujetos con armas de largo alcance.
“Hemos rodeado el lugar y empezó el tiroteo. No se les podía ver porque estaban escondidos en una cueva. Empezamos a repeler el fuego y, cuando el suboficial Soto –que estaba escondido tras una piedra– se paró, le cayó una bala en el tórax. Su muerte fue instantánea. Tuvimos que seguir disparando durante media hora”, cuenta el suboficial Valois Aguilar Arroyo, que también participó en la operación.
Para auxiliar a los heridos, llegó un patrullero de la Policía de Carreteras de Tambo conducido por el técnico Vitella. Luego de brindar ayuda, este falleció de un infarto, posiblemente por efectos de la altura. Había sido enviado a Ayacucho hace apenas dos semanas.
Cuatro narcotraficantes murieron y otros siete fueron detenidos, tres de ellos con heridas de bala. En la cueva se incautaron dos fusiles AKM, un fusil G3, seis pistolas, tres revólveres y mochilas con 135 paquetes de cocaína, de un kilo cada uno.
–Nuevos escenarios–
El director general de la Policía Nacional del Perú, general Vicente Romero, dijo que aún se investiga si los narcotraficantes iban protegidos por terroristas. Se cree que algunos de los abatidos habrían servido antes en el Ejército, y eso explicaría el conocimiento en el uso de armas de largo alcance.
Lo que sí es confirmado es que el traslado de cocaína desde el Vraem hacia otros puntos del país se ha intensificado por vía terrestre y fluvial. Desde que en agosto del 2015 se aprobó la ley que permite la interdicción y el eventual derribo de avionetas que transporten droga, el flujo aéreo se redujo. Si antes de esa ley se registraban al menos tres vuelos diarios, actualmente no ingresan avionetas a este territorio, según explica Pedro Yaranga, especialista en temas de narcotráfico y terrorismo.
Pero la droga sí sigue saliendo desde el Vraem. Según Yaranga, hay pistas de aterrizaje clandestinas en la selva de Pasco, en la cuenca del Urubamba, en la selva de Puno y en Ucayali. Además de ello, se envía por tierra, especialmente a través de la carretera Kimbiri-La Convención. También a pie, con los mochileros que recorren caminos de herradura. “Hay ejércitos de personas que cuidan a los mochileros. Algunos son colaboradores del terrorismo, otros han estado antes en el Ejército”, dice.
El coronel PNP Juan Carlos Colmenares, jefe de las División de Operaciones Especiales Antidrogas Vraem-Ayacucho, informó que este año hubo ocho operaciones contra mochileros.
–Acción distinguida–
El viceministro de Orden Interno del Ministerio del Interior, Rubén Vargas, condecoró ayer a 14 suboficiales que participaron en la operación policial, y otorgó el ascenso póstumo al suboficial Soto Mozombite. Además, se dio la condecoración por acción distinguida póstuma al técnico Vitella Castro.
“La policía seguirá combatiendo a estas lacras”, dijo el general PNP Vicente Romero, director general de la Policía Nacional.