Que vuelvan a casa: ¿Cómo atender a un niño rescatado?

La recuperación de un menor que ha sido rescatado de organizaciones criminales de tratantes es un tema muy complejo. Los especialistas coinciden en que todos los casos no son iguales y que el tiempo que demore su reintegración a la sociedad depende de cada uno.

El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) ha elaborado un protocolo intersectorial para la atención de víctimas de trata. Incluye las fases de detección, de denuncia y asistencia, y recuperación.

En la fase de asistencia se establece que los menores deben ir a centros del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (Inabif) o a centros de atención residencial (CAR) particulares mientras se localiza a sus padres. De observar que no se garantiza su protección deben quedarse en estos lugares. Sin embargo, este último punto despierta críticas desde distintos frentes.

—Opiniones diversas —
El coordinador de las fiscalías especializadas contra el crimen organizado del Ministerio Público, Jorge Chávez Cotrina, propuso, en una entrevista publicada esta semana en El Comercio, la creación de albergues especializados para las víctimas, pues necesitan una atención diferenciada.

Pero el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) discrepa de tal propuesta y critica la estadía de niños en albergues.“Nosotros desde Unicef no pensamos que eso [ir a albergues del Inabif o CAR] sea la solución. [Vivir en] una institución nunca es una buena solución para un niño”, aseguró a este Diario María Luisa Fornara, representante de dicha organización en el Perú.

Fornara agregó que la primera opción que se debe buscar es que un niño vuelva con su familia, ya con todo el acompañamiento y la ayuda para cubrir necesidades básicas de las autoridades. Si esto no es posible, se debe buscar a familiares cercanos. Por último se debe buscar una familia de acogida.

Yuri Cutipé, director de Salud Mental del Ministerio de Salud, también opinó al respecto: “Un entorno saludable va a favorecer la recuperación de la persona [que ha sido víctima de trata]. Esto implica tener relaciones saludables, protectoras y que respeten la individualidad de las personas, algo que es más propicio en un entorno familiar que uno institucional”. Además precisó: “En los albergues se asegura la protección alimentaria y residencial, pero no necesariamente la afectiva”.

-En silencio-
Hasta mediados del 2017 la policía había rescatado en todo el país a más de 120 menores que cayeron en manos de organizaciones delictivas. Este Diario intentó infructuosamente obtener información del MIMP sobre su trabajo con menores rescatados de la trata y su proceso de recuperación.