En enero de este año, las descascaradas paredes de las casas abandonadas ubicadas en la calle principal que conduce a la playa de Barranca se convirtieron en enormes lienzos. Ahora, en lugar de muros resquebrajados, un enorme pelicano da la bienvenida al malecón. Por solo mencionar una de las tantas obras que surgieron en el Green Graff, el más reciente festival internacional de grafitis celebrado ahí.
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Como parte de la campaña Peruanos que Suman de El Comercio y el BCP, hemos llegado a Barranca buscando a Jhon Castillo, presidente de CultUrban un colectivo de jóvenes que buscan recuperar espacios públicos abandonados mediante el arte y promover la práctica de deportes urbanos para alejar a los más pequeños de potenciales entornos delictivos.
CultUrban fue la asociación encargada de organizar el Green Graff, pero antes de ello ya había hecho lo propio con torneos de hip hop, skate y otras tres disciplinas más.
En el 2009, cuando aún se encontraba en la escuela, Jhon conoció el mundo del skateboard y quedó cautivado. “Pero a mis amigos y a mí nos faltaba alguien que organizara eventos, que nos permitiera disfrutar más de esta cultura y nos explicara todas las oportunidades que existían a través de ella”, dice el joven.
Así pues, un par de años más tarde, cuando ya estudiaba Administración en una universidad local, decidió juntar a cinco amigos de su cuadra y juntos dar inicio a CultUrban. “El objetivo desde el principio ha sido promover la cultura urbana, poder explotar el potencial que tiene Barranca, traer eventos, festivales, talleres y, además, llevar esto a otras zonas menos favorecidas de la provincia. Y también mostrarle a los jóvenes que su deporte favorito puede dar pie a un emprendimiento o un negocio”, asegura.
La participación del grupo fue clave, por ejemplo, a inicios de la década del 2010, para que el gobierno municipal finalmente ejecute la renovación de un antiguo campo abandonado en el malecón que hoy se ha convertido en el autodenominado “Skatepark con la mejor vista del mundo”, por su privilegiado lugar frente a la bahía barranquina.
“Acá antes era inseguro y había gente peligrosa. Ahora ves a niños jugando básquet por las noches, a jóvenes haciendo calistenia y a otros patinando”, resalta orgulloso Jhon.
La idea de los graffitis, explica, llegó una vez que CultUrban comenzó a sumar más y más disciplinas. Actualmente el colectivo agrupa a raperos, skaters, bikers, graffers, calisténicos y próximamente incluirá a un grupo de rollers, explica Jhon.
“Hoy en día los jóvenes pueden estar muy recargados por diferentes aspectos. Estos deportes intensos permiten descargar todo eso. Lo mismo sucede con el arte, les permite expresar todo lo que les pueda estar pasando. Lo que buscamos nosotros es que esos jóvenes expresen todo lo que tengan a través de esos canales, pero también que descubran que esto se puede convertir en una carrera, en un emprendimiento y así no terminen cayendo en entornos violentos o delictivos”, asegura.
Por estas fechas, la mente de Jhon y el resto de integrantes de CultUrban está pensando en noviembre, mes en el que celebrarán el próximo Urban Fest, un evento de tres días en el que deportistas y artistas internacionales brindarán charlas explicándole a los más jóvenes cómo convirtieron la disciplina que les apasionaba en su sustento de vida y, posteriormente, compitiendo en diferentes categorías.
“Uno de los grandes logros para esta edición es que tendremos de aliada a la Federación Nacional de Patinaje, quienes nos han informado que los cinco primeros puestos de ese campeonato entrarán al ranking nacional. Los chicos de la provincia podrían llegar a eventos internacionales, es un sueño”, cuenta Jhon.
Con la caída del sol en el horizonte barranquino llega la hora de despedirnos de Jhon, con la tranquilidad de que junto a su colectivo conseguirán convertir a esta ciudad al norte de Lima en un importante punto para la cultura urbana nacional.
Nuestro viaje en búsqueda del próximo peruano que suma, sin embargo, debe continuar y esta vez nos llevará hacia la sierra ancashina.
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