Juan Líder Yachachin sigue las enseñanzas de su padre y forma parte de la segunda generación de guardianes de las papas nativas en su familia.
Juan Líder Yachachin sigue las enseñanzas de su padre y forma parte de la segunda generación de guardianes de las papas nativas en su familia.
/ HUGO CUROTTO / EL COMERCIO
Renzo Giner Vásquez

Probablemente la papa que esté sancochando para el almuerzo de hoy o la que acompañó al último pollo a la brasa con el que se deleitó haya sido cosechada en Huasahuasi, un distrito de ubicado a más de 2.700 metros sobre el nivel del mar y bautizado como la capital semillera de la papa en el Perú.

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Como parte de la campaña de El Comercio y el BCP, estamos caminando por las alturas de Huasahuasi buscando a Juan Líder Yachachin, un agricultor que, siguiendo los pasos de su padre, se ha convertido en el guardián de las más de 300 variedades de papas nativas que existen en este distrito.

Para que entienda la importancia de Huasahuasi en el mercado nacional debe saber que solo en el mes de abril fueron exportadas desde aquí 750 toneladas de semillas de papas y otras 400 toneladas del tubérculo listo para consumir.

Pero entre enero y marzo, los meses de mayor demanda, llegan a exportar hasta 2 mil toneladas de ambos productos.

Durante la temporada alta, de Huasahuasi salen más de 2 mil toneladas mensuales de papas y semillas hacia Lima y el resto de la costa central.
Durante la temporada alta, de Huasahuasi salen más de 2 mil toneladas mensuales de papas y semillas hacia Lima y el resto de la costa central.
/ HUGO CUROTTO / EL COMERCIO

Sin embargo, pese a que Huasahuasi es cuna de 300 variedades distintas de papas nativas, los camiones que salen repletos de aquí solo llevan en su carga dos variedades: la amarilla y la blanca.

Las papas nativas crecen por encima de los 4.500 metros sobre el nivel del mar, tiene que ser un clima muy frío y, además, los cultivos son rotativos, eso quiere decir que se debe dejar descansar el terreno hasta que consiga su propio abono. Muchas veces, eso provoca que de una parcela solo tengas una producción al año”, explica Juan Líder.

Su padre, Julián Yachachin, ha dedicado cada año de su vida adulta a cultivar una a una las 300 variedades de papas nativas. Cinco de sus nueve hijos, entre ellos Juan Líder, heredaron su pasión por la tierra y siguieron su legado.

Nos parece maravilloso que mi padre se haya convertido en un guardián de las papas nativas. En casa todas nuestras comidas llevaban papas. Ahora yo tengo cuatro hijos e intento inculcarles también a ellos ese amor por la tierra”, cuenta el agricultor.

Juan Líder Yachachin, el guardián de las papas nativas
Como parte de la campaña Peruanos que Suman de El Comercio y el BCP, hemos llegado a la capital semillera de papas del Perú buscando a Juan Líder Yachachin, un agricultor que al igual que su padre busca preservar las más de 300 variedades de papas nativas en las alturas de Huasahuasi.

La historia de la familia Yachachin, sin embargo, no siempre se desarrollo en Huasahuasi. En los noventa, Julián y su esposa vivían en la selva de Junín, en un sector conocido como Cáceres. Ahí nació y vivió sus primeros seis años Juan Líder.

El terrorismo nos obligó a huir de nuestro hogar. Cuando llegaron yo estaba en primero de primaria. Los terroristas empezaron a dispararle a la profesora y a las autoridades de un pueblo cercano. Mis padres vieron que corríamos riesgo así que nos fuimos y así llegamos a Huasahuasi”, recuerda Juan Líder mientras su mirada se pierde entre los cerros cercanos.

Según el agricultor de 39 años el terrorismo ha desaparecido por completo de esta zona, pero los retos para su profesión aún existen. “El calentamiento global y el desinterés de los jóvenes por ser agricultores”, resume así las dos principales amenazas para esta milenaria labor.

Juan Líder aprendió de su padre sobre las variedades de papas nativas de Huasahuasi y ahora, año a año, se dedica a plantar diversos grupos de semillas para que sigan existiendo.
Juan Líder aprendió de su padre sobre las variedades de papas nativas de Huasahuasi y ahora, año a año, se dedica a plantar diversos grupos de semillas para que sigan existiendo.
/ HUGO CUROTTO / EL COMERCIO

Juan Líder explica que las temperaturas en la zona son cada vez más altas, hay menos lluvias y las sequías parecen eternas. Sumado a ello, el valor de las papas nativas es más bajo que el de las comerciales, por lo que los pocos jóvenes que deciden quedarse en el campo antes que viajar a la ciudad para trabajar o estudiar, apuestan por su producción.

La agricultura está muy mal valorada. Falta darle mucho más valor a los agricultores. El kilo de papa nativa, por ejemplo, cuesta 3 o 4 soles cuando debería valer 12 o 15 para ser rentable”, asegura Juan Líder.

La adversa situación, sin embargo, no lo hace dudar sobre su labor como guardián de nuestro preciado tubérculo. Una perseverancia que lo convierte en uno de nuestros peruanos que suman.

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