Fernando Vivas

Por una vez, victimicémoslo. Se lo debemos tras tantos años de ignorarlo como político y tratarlo de borracho contumaz. Alejandro Toledo es el ‘punching bag’ más golpeado por el discurso antipolítico. Ha hecho mérito al ser el primer presidente del milenio acusado de recibir una coima pura y dura –con pruebas de Odebrecht al canto- que superó los $20 millones. De la rabia hemos pasado a la risa y la rubricamos con memes. Acabo de hacer una consulta por WhatsApp sobre su caso, y en lugar de un saludo de despedida, recibo un sticker con el ‘Cholo’ invitándome a compartir un ‘margarito’. Lo veo bien y ni siquiera es él, es una composición de Carlos Álvarez, un referente ineludible para entenderlo.