Fernando Vivas

“Soy amigo de los dos, de Antauro y del gobierno, y te puedo asegurar que no hay un pacto”, me dice y me repite Virgilio Acuña. Le pregunté por su reunión de hace unos días con Aníbal Torres en la cafetería San Antonio de San Isidro y dice que allí no hablaron de Antauro sino de “otros temas de viejos chotanos, estudiamos en el mismo colegio San Juan de Chota con unos años de diferencia”. Más allá de lo que diga Virgilio, la conducta de Antauro no es la de un aliado de nadie más que de sí mismo.

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