Héctor Villalobos

, quien tanto ha despreciado al sistema democrático, ahora quiere prenderse de él para alcanzar sus propósitos. Desde hace varios años aspira a convertirse en candidato a la presidencia y ahora tendrá vía libre para hacerlo gracias a la cuestionada decisión del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) de desestimar una tacha contra la inscripción de su partido político, lo que despeja el camino hacia su oficialización.

considerado excesivamente legalista por algunas voces que han criticado la decisión, sostiene que la Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros (nombre forzado para que las siglas formen la palabra Antauro) no ha vulnerado la Ley de Organizaciones Políticas, ya que Antauro Humala no es fundador ni dirigente de la agrupación, sino un simple militante. El partido lleva el nombre de un asesino de policías y propagador de discursos de odio, pero la candidez de los miembros del organismo electoral los lleva a afirmar que no hay problema porque el partido no utiliza esas iniciales para identificarse en su estatuto. En otras palabras, según el JNE, Antauro no es Antauro. Es una simple coincidencia.

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El hecho es que el sentenciado por el ‘andahuaylazo’ ya tiene partido propio y está apto para participar en los comicios del 2026. Según el especialista en derecho electoral José Naupari, Humala Tasso no podrá ser candidato mientras no haya pagado su reparación civil. Pese a ello, el peligro que representan para la democracia Antauro (el partido) y Antauro (su tocayo violentista ) es latente.

El etnocacerista Antauro Humala salió en libertad el sábado 20 de agosto tras acogerse a la figura de la redención de pena. Originalmente fue condenado a 19 años de prisión por el Andahuaylazo. (Foto: Julio Reaño / @photo.gec)
El etnocacerista Antauro Humala salió en libertad el sábado 20 de agosto tras acogerse a la figura de la redención de pena. Originalmente fue condenado a 19 años de prisión por el Andahuaylazo. (Foto: Julio Reaño / @photo.gec)

Es poco probable que Humala pueda heredar el capital político de Pedro Castillo, más aún si cada vez que se refiere a él lo tilda de inútil, corrupto y otros adjetivos que no deben ser muy apreciados en la Dinoes. Los herederos de Castillo son otros y son tan antidemocráticos como Humala. Además, el líder del partido con nombre propio fue duramente abucheado cuando reconoció como presidenta a Dina Boluarte ante una tribuna que la considera una usurpadora. Tampoco es probable que aquella izquierda que aupó, apañó y soboneó a Castillo, y que ahora paga las consecuencias políticas de su genuflexión, pueda treparse al coche del etnocacerista. Pero lo cierto es que el discurso radical de Antauro Humala lo convierte en un personaje con la capacidad de lograr un porcentaje de votos, no necesariamente suficientes para lograr pasar a una segunda vuelta, pero sí para colocar a un número importante de congresistas.

Tomando en cuenta los antecedentes nefastos, autoritarios, racistas y un largo etcétera del potencial candidato, no es difícil imaginar la ‘calidad’ de personajes que lo acompañarán en su aventura electoral. Waldemares, Pasiones y Pukas serán recordados como doctos y sabios patricios cuando se los compare con los senadores y diputados de la futura bancada antaurista. La frase “Este Congreso es el peor de todos” seguirá vigente en el próximo quinquenio.

Además, al lograr representación parlamentaria, Antauro (el partido) tendrá derecho a un porcentaje del financiamiento público directo, dinero de todos los peruanos que será administrado por un representante del partido, seguramente cercano al militante al que deben su nombre. Dinero del Estado en manos antauristas que, ojalá, no se haga humo.

La historia reciente nos muestra que nuestra atracción por el abismo sigue vigente. Que siempre habrá personajes sin ningún aprecio por la democracia que se valen de ella para lograr sus objetivos. Y que el mejor aliado de los antisistema son las reglas del sistema aplicadas sin sentido común.