Aprobación de poderes del Estado cayó críticamente desde 2011
Aprobación de poderes del Estado cayó críticamente desde 2011
Redacción EC

CECILIA ROSALES FERREYROS ()

Las cifras son preocupantes. En los últimos tres años la aprobación de los tres poderes del Estado muestra una clara tendencia a la baja entre junio del 2011 (un mes antes de que asuma la Presidencia de la República) y junio del 2014. Así lo reflejan las encuestas nacionales realizadas por Ipsos para El Comercio.

La aprobación del cayó 19 puntos porcentuales en ese período y la del 9, como la del . El desplome se hace mucho más acentuado en el último año.

¿Por qué hemos llegado a esta situación? Esa es la pregunta que quisimos hacer a los presidentes del Consejo de Ministros, René Cornejo; del Congreso, ; y del Poder Judicial, Enrique Mendoza.

Insistimos durante dos días. El único que se animó a responder fue Otárola. Dijo que la caída de la aprobación del Gobierno se debe a que se han dictado medidas que, a pesar de ser necesarias, no son populares.

“El Ejecutivo no gobierna en función de las encuestas. Se han tomado medidas que no pueden ser populares, como la lucha contra la minería informal, que estaba destruyendo nuestro medio ambiente, ingresar al Vraem, donde estamos derrotando a la subversión. El impulso de Servir, la Ley de la Carrera Magisterial no son populares, pero son necesarias para los intereses del Perú. En algún momento eso va a revertirse y va a reconocerse ese aporte”.

Sobre el Legislativo, mencionó que ha habido “hechos individuales” que no han permitido que la aprobación suba, a pesar de que el “Congreso está cumpliendo su función”.

Invocó a los congresistas a actuar pensando en el Perú. “Un acto malo es tan dañino y enerva los resultados de 100 o 200 cosas buenas”, dijo Otárola, advirtiendo del daño que esto ocasiona a la democracia. “Creo que algunos pocos congresistas tienen que reflexionar y actuar pensando en el Perú”.

Respecto al Poder Judicial dijo que casos como el de Áncash, “en el que se vio inercia, falta de firmeza, han afectado mucho su imagen”. “Pero están rectificando. Eso hay que aplaudir”, agregó.

Otárola finalmente consideró que debe haber un compromiso de todos los poderes para consolidarse ante la opinión pública. “No es bueno para la democracia que los tres poderes del Estado estén débiles”.

DESCONFIANZA INSTALADA
Para el constitucionalista Enrique Bernales, la baja aprobación de las instituciones tiene una razón central: la desconfianza está primando en la relación entre los ciudadanos y los órganos de poder del Estado.

En su opinión, factores como la inseguridad ciudadana, el escaso nivel de eficiencia en el combate a la delincuencia, la denuncia constante de situaciones de corrupción y la dedicación del Congreso a asuntos de un peso secundario “hacen que la población no crea en la manera como desde el Congreso o desde el gobierno se está ejerciendo el poder con objetividad y con criterio de razonabilidad”.

A ello se suma la debilidad y tardanza con la que se empieza a enfrentar la crisis de corrupción en los gobiernos regionales. “No es una razón sino muchas las que se han ido acumulando, y que hacen que la gente en general exprese su cansancio, su hartazgo, su rechazo a instituciones políticas que son justamente las encargadas de brindarles atención y protección”.

Como resultado de la desconfianza y de la baja credibilidad en las instituciones tutelares, anotó, “el país comienza a ingresar a un período de crisis de las instituciones de la cual nadie va a salir beneficiado”.

Bernales sugiere que el gobierno regrese estrictamente a la hoja de ruta y cumpla los compromisos que adquirió al ganar las elecciones. Además, recomienda una recomposición de los partidos y que el Congreso deje de lado “una fragmentación inútil que no conduce a nada”.

Dijo que el Congreso no debe dejar de lado la modificación de la ley de partidos, la eliminación del voto preferencial, la reforma de los gobiernos regionales y el retorno al Senado. “Hay mucho que hacer. No es momento ni para la oratoria barata ni para gastar el tiempo en persecuciones políticas, odios y rencores. ¡No! Hay que trabajar seriamente, tender puentes para recuperar los contenidos y de significados de la democracia”