A una semana de estrenarse en el Gabinete, conversamos con el canciller desde su despacho en el Palacio de Torre Tagle.
—Permítame una curiosidad. ¿Estuvo designado en el Ministerio de Defensa cuando era ministro Pedro Cateriano?
El director general de Relaciones Exteriores del Mindef es un diplomático de carrera, y lo fui entre el 2011 y el 2013, el último tramo de García y el comienzo de Humala. Fueron años intensos. Fue un trabajo de diplomacia para la defensa, y con el actual primer ministro fue más intenso.
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— Fueron los tiempos en que la defensa concebida para la guerra se iba adaptando a la defensa civil.
Ya en esa época hablábamos de amenazas, como la pandemia, a la seguridad y a la defensa.
—Ahora estamos en una suerte de guerra. ¿Cómo adaptar la diplomacia que busca colaboración a una realidad de fronteras cerradas?
El problema nacional se ha convertido en el centro de la política externa. Los países están centrados en sus problemas, pero cooperan. Tenemos una estrategia de política exterior vinculada al COVID-19 y otra pensada para el pos. Hay cuatro grandes ejes: político, económico, migratorio y cultural. El primer punto político es el de la cooperación sanitaria. Hemos contribuido a conseguir pruebas, ventiladores.
—A propósito de acuerdos multilaterales, ha dicho que la ratificación del de Escazú debe ser resultado de un debate.
Es necesario aclarar que el tema corresponde al Congreso. Es un acuerdo suscrito ya hace unos años por el Perú. Ha sido presentado al Congreso para su evaluación y aprobación. La cancillería no está en contra; lo que corresponde como recomendación del Ejecutivo es que en el marco del Congreso se dé un debate.
—¿Ha hablado del tema con la nueva ministra del Ambiente, Kirla Echegaray? La anterior, Fabiola Muñoz, recomendaba ratificar.
Es un tema que lo hemos conversado en el Gabinete. Hemos presentado el acuerdo al Congreso, la sugerencia es que se dé un debate amplio sin apuro.
—¿Es partidario de que el Perú haya firmado acuerdos como el pacto de San José o la Corte Penal de Roma, que nos someten a tribunales internacionales?
Estoy de acuerdo con el pacto de San José y los acuerdos vinculados a la defensa de los derechos humanos. Estamos de acuerdo con los tratados sobre el medio ambiente, el desarrollo sostenible, la carta de la tierra del año 92.
—La Alianza del Pacífico es un acuerdo económico importante. ¿Tras la pandemia, se reforzarán o se buscarán nuevos entendimientos con los vecinos?
Dentro de la estrategia COVID-19 y pos-COVID-19 está previsto un mayor relacionamiento con los países vecinos, no solo por una cuestión sanitaria sino comercial. Debemos reforzar más estos organismos de integración regional.
—La corrupción demanda una reflexión conjunta en la región. En el caso de Brasil, su Estado fue protagonista, junto a grandes empresas, de hechos que nos afectaron. ¿Brasil no debiera formular una reflexión culposa?
La lucha contra la corrupción es fundamental para este gobierno. Hay que recordar la Cumbre de las Américas en Lima, que logró una declaración sobre la corrupción. La mejor forma de enfrentar este mal es con la colaboración conjunta. Se ha dado y queremos que se desarrolle aún más, no solo con Brasil.
—¿Cuándo vamos a reconocer que el Grupo de Lima es un fracaso? Maduro sigue atornillado y nos ha exportado su crisis humanitaria.
Yo fui el último embajador del Perú en Venezuela. Conozco de cerca a la sociedad venezolana, al gobierno, a la oposición, a los sectores privados. Tengo un especial interés en ver cómo podemos proseguir. El Grupo de Lima estuvo presente en los momentos necesarios. Su discurso ha ido girando a una convergencia con otros actores, con el ‘Grupo de Contacto’, la Unión Europea, EE.UU.
—Los peruanos en el exterior van a tener representación en el Congreso. ¿Qué hará la cancillería para facilitar que conozcan a sus candidatos?
Quiero anunciar que hemos ya iniciado las gestiones para que las próximas elecciones, en el exterior, se realicen mediante el voto electrónico a distancia. Es nuestro objetivo. Ya hemos establecido las coordinaciones con la ONPE, hemos solicitado apoyo internacional.
—En la cancillería no hay la misma horizontalidad y paridad que en otros sectores públicos. ¿Promovería algunos cambios?
En nuestros ejes, está lo institucional. El próximo año esta casa también cumple 200 años. Hemos señalado la necesidad de que nos ajustemos a los tiempos, al trabajo remoto, a desarrollar los temas digitales, a abrir la agenda externa a la cuarta revolución industrial y generar cambios en el interior de la institución.
—Como ejemplo de que lo institucional importa, ¿me puede contar cómo va el proceso disciplinario al embajador Jorge Lázaro Geldres, acusado de acoso sexual?
Se han seguido los procedimientos. El embajador se encuentra en el Perú. Se ha seguido rigurosamente la normativa y estaremos señalando pronto las sanciones correspondientes. Dejaremos establecida la no tolerancia a este tipo de situaciones.
—Hay otro proceso, que no es de acoso, contra el ministro consejero Pedro Rubín.
Está en la comisión de disciplina. No quisiera opinar antes de que se cumplan los plazos. Permítame hablarle de las cinco fortalezas de la política exterior peruana.
—Hágalo, por favor.
En primer lugar está la sociedad, el peruano solidario; luego, la riqueza natural, la diversidad; en tercer lugar, la cultura viva; en cuarto, la posición geográfica que nos hace un país con condiciones para desarrollar vínculos externos. Luego, esta tradición del servicio diplomático logrado en 200 años. No es una institucionalidad que se queda en el pasado, es la llamada diplomacia moderna. Es importante que nuestros compatriotas tengan la seguridad de que contamos con una diplomacia que se ajuste a sus necesidades.
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