En la luna de miel que duró menos de un día, desde que recibió la banda de manos de María del Carmen Alva hasta que nos enrostró a Guido Bellido de premier, conocimos historias rosa de Pedro Castillo. Una historia conmovió más que otras: Yenifer Paredes era su cuñada y también era su hija.
Yenifer quedó huérfana siendo al año y medio de nacida y pasó al cuidado de su hermana Lilia que le lleva 23 años. Cuando esta se casó con Pedro, la pareja adoptó sentimentalmente a la niña, que se convirtió en su primogénita. Pedro ha contado en varias entrevistas que hizo de padre de su cuñada y en las fotos familiares, Yenifer posa como la mayor de la prole.
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Arnold (16) y Alondra (9), los hijos biológicos de la pareja, son inimputables. Dejémoslos tranquilos. Pero Yenifer tiene 27 años, los mismos deberes y derechos que usted y que yo, y se ha puesto en la línea de flotación emocional de Pedro Castillo, al protagonizar un escándalo en el que todos los detalles amenazan con empeorar. Un video, difundido el domingo pasado por “Cuarto Poder”, la pilló, acompañada de Hugo Espino Lucana de JJM Espino Ingeniería & Construcción S.A., ofreciendo obras públicas de saneamiento a habitantes de un centro poblado en el distrito de Chadín, provincia de Chota, tierra de su familia. El Ministerio Público ya le abrió investigación por tráfico de influencias.
El video, según el reportaje de “Cuarto Poder” que lo difundió, data del 16 de setiembre pasado, lo que deja abierta varias líneas de investigación que recién empiezan a ser recorridas. Espino tiene visitas registradas con mamá Lilia (8 de agosto del 2021) y con hermana Yenifer (31 de agosto y 3 de setiembre) antes de la visita del 16 a Chadín. El 6 de setiembre tiene una visita registrada al despacho del ministro de Vivienda, Geiner Alvarado; aunque el ministerio ha negado que Alvarado lo haya atendido. Que las obras ofrecidas por Yenifer Paredes sean del sector Vivienda, confirma lo que hemos contado en varias crónicas: que ese ministerio es cuota del entorno chotano. Sangre y terruño castillista se retuercen.
Demoledor
Las implicancias del escándalo sobre la familia nuclear del presidente son, pues, demoledoras. El adjetivo no lo pongo yo, sino el propio Castillo en un lapsus que delata que procesión que va por dentro es grande y larga: “Creo que existe…, hay un tema demoledor…, no es nuevo…”. Leyendo entrelíneas y silencios, el presidente quiso decir que otra vez la prensa quiere golpearlo destapando andanzas de su entorno. Pero la manera en que usó el adjetivo delata que para él, el tema, resulta, en efecto, demoledor. Lo es.
Apenas 2 días después del destape, el martes 5, el fiscal Juan Zúñiga llegó a Palacio de Gobierno a verificar el registro de visitas de Palacio y residencia. El viernes 8, Lilia Paredes fue a declarar como testigo. Este lunes 11 debe hacerlo Yenifer como imputada. Lilia, como recordarán, se había negado a declarar el 13 de mayo a la fiscalía que abrió investigación por el caso de la tesis de maestría, con presuntos plagios y falsedades, en la Universidad César Vallejo. Tal fue su desplante, que la fiscalía le abrió otro proceso por negativa a colaborar con la justicia. Esta vez, no quería repetir el plato y, además, tenía que responder por la hermana/hija. Benji Espinoza, abogado de la familia, ha negado –con cierta ambigüedad- que Lilia atendiera a Espino, pero queda el registro de que este entró a Palacio inquiriendo por ella.
El malhumor de Lilia no es solo con los fiscales. Fuentes observadoras y allegadas del entorno presidencial, hablan de fricciones y roces que, incluso, habrían provocado que esta le planteara a su esposo, ya el año pasado, mudarse de la residencia. Él, abrumado por tantos frentes y conflictos, la habría convencido de no hacerlo. En un evento en el patio externo de Palacio, el 8 de marzo, por el Día de la Mujer, Castillo rindió un homenaje verbal a las mujeres de su vida, a su madre Mávila Díaz Terrones, a la pequeña Alondra y, a Lilia, que estaba tras él, la señaló afectuosamente. Dina Boluarte, al lado de Lilia, se acercó a ella sugiriéndole —se adivina en la imagen— que vaya donde su esposo. Lilia mueve enfáticamente un dedo, diciéndole que no. Otra nota sobre el mismo video: Castillo no mencionó a Yenifer entre las mujeres de su vida. La familia presidencial no es la de las estampas de campaña y desayunos electorales.
Las investigaciones van a ser devastadoras porque, con la inclusión de Yenifer y Lilia en pesquisas fiscales que las asocian con un empresario que interesado en obras públicas (luego de visitar a las hermanas y del episodio de Chadín, consiguió una obra con el consorcio Gorgor en la provincia de Cajatambo); surge una hipótesis tan o más tenebrosa que la planteada por Karelim López ante la fiscal Luz Taquire y asumida por el ex fiscal de la Nación, que es aquella del presidente liderando una supuesta organización criminal basada en repartir obras en el MTC. Con el escándalo de los contactos de Yenifer y Lilia con Espino, se dibuja la hipótesis de la familia presidencial como organización criminal.
Fray es buen pata
La primacía de la familia por sobre amigos, colaboradores y paisanos en los afectos, es universal y Pedro Castillo no es la excepción. A veces, la ideología y la política, mandan igual o por encima de afectos; pero a él no se le conocen esos imperativos. Al contrario, ha dado palmarias muestras de la primacía sanguínea cuando ha tenido que marcar distancia con los protagonistas de escándalos y delitos. A los ministros los renuncia con mensajes de WhatsApp, a los amigos y colegas maestros como Bruno Pacheco y Juan Silva, les ha dedicado, sin demasiado esfuerzo, frases de circunstancia, del tipo “ha defraudado mi confianza”.
Pero a los sobrinos, ¡ay!. Son hijos de sus hermanos y cuñados que en la campaña se volvieron soportes íntimos, improvisados, asistentes, mensajeros, choferes, buenos para todo y preparados para nada. Varios están involucrados en pesquisas y escándalos, pero solo dos de ellos recibieron órdenes de detención preliminar: Fray Vásquez Castillo y Gian Marco Castillo Gómez. No llegaron a ser detenidos. Gian Marco logró que se variara su situación a comparecencia y Fray es un prófugo de la justicia.
Zamir Villaverde, según trascendidos de las investigaciones y audios revelados en la prensa, tiene pruebas lapidarias contra todos los implicados en el caso del Puente Tarata III. Fray es uno de ellos y en algunos audios es referido con el apodo de ‘Francia’. Pues ha trascendido que el abogado Álex Starost, un operador del presidente tal como contamos en “Álex Starost, entre Pedro y Juan” (2/07/2022), llamó a Zamir Villaverde, de parte del presidente, para pedirle que afirme no conocer a Fray. Eso lo ha relatado un aspirante a colaborador eficaz a los fiscales del caso Puente Tarata III.
Fuentes ligadas al entorno palaciego me han dicho más de una vez que el presidente podría resignarse a la eventual captura de Juan Silva y Bruno Pacheco, pues hay mucha presión para que ello suceda; pero que trataría a toda costa de evitar la de Fray. No es necesario que se lo diga a la policía, esta lo intuye. La sangre manda sobre la corrupción y sobre la política.
Bonus track de historias de poder y corrupción: la revelación, en El Comercio, de la compra, por parte de Zamir Villaverde, de pasajes aéreos a familiares de Castillo (hermanos María y Fabián, suegro Walter Paredes, sobrina Analí Castillo Gómez y concuñada Flor Gómerz Olano), hace más intensa la procesión que va por dentro del presidente.