El Partido Aprista aún no tiene un nuevo liderazgo visible, aunque la actual coyuntura puede ser una oportunidad. "El actual Congreso es un páramo", dice Mauricio Mulder. (Foto: GEC)
El Partido Aprista aún no tiene un nuevo liderazgo visible, aunque la actual coyuntura puede ser una oportunidad. "El actual Congreso es un páramo", dice Mauricio Mulder. (Foto: GEC)
/ Cesar Campos
Jonathan Castro

A un año de su muerte, el recuerdo de permanece fresco entre sus seguidores. En redes sociales, sus compañeros e hijos replicando el discurso que García dio al regresar al Perú en enero del 2001, aquel que ha servido de inspiración, en vida y muerte, para los apristas. Mauricio Mulder, Omar Quesada, Ricardo Pinedo y sus hijos Carla y Federico García aparecen en la grabación en la que replican los versos de Pedro Calderón de la Barca que el expresidente usó en aquel mitin en la Plaza San Martín.

Jorge del Castillo también con García, bajo los hashtags #ElApraNuncaMuere y #AlanVive. Elías Rodríguez, secretario general del partido, con un discurso de García en su primer gobierno. Los otros exintegrantes de la bancada aprista, Luciana León y Javier Velásquez Quesquén, no han dicho nada.

Desde el suicidio de García, el Apra no ha tenido buena estrella. Con el cierre del Congreso, perdieron sus curules y no los pudieron recuperar en las elecciones del 26 de enero. Obtuvieron 391.147 votos a nivel nacional, el 2,7% de los votos válidos, porcentaje insuficiente para pasar la valla. Casi la sexta parte de esos votos los sacó Mulder.

“El balance es estrictamente político. Hemos considerado que lo que ocurrió el 30 de setiembre fue un golpe de Estado, y tenemos una posición en el sentido que el actual gobierno surge de una interpretación antojadiza de la Constitución. Ese discurso, hay que reconocerlo, no lo comparte la mayoría de ciudadanos. Fue un discurso marginal”, señala Mulder.

Durante la campaña de las elecciones congresales extraordinarias, , pero sobrevaloraron su capacidad. No solo ellos, sino otros partidos que compartieron el mismo discurso, como Solidaridad Nacional, reconoce Mulder. “Si hubiéramos sido más prácticos, hubiéramos hablado a favor del golpe. Pero yo no me veo hablando así por votos”, dice.

Aún así, para Mulder el escenario que deja el actual Congreso también es una oportunidad. “Es un páramo”, dice, “no ves ningún liderazgo, no ves a ningún político, y con el tema del coronavirus no pueden hacer sesiones ni destacar”, afirma. Para él, el populismo con el que se maneja el actual Parlamento puede llevar a que en la próxima campaña electoral se marque la cancha entre los que saben plantear política frente a la inexperiencia actual.

En ese transcurso de tiempo, también hubo revelaciones en torno a procesos judiciales. El exsecretario general de Palacio durante la presidencia de García, Luis Nava, confesó que el exsuperintendente de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, le entregó loncheras con dinero al expresidente. Otras revelaciones también comprometieron a los exparlamentarios Velásquez Quesquén, en el Caso Los Temerarios del Crimen, en Chiclayo, y Luciana León, en el Caso Los Intocables Ediles, de La Victoria.

El Apra atraviesa un largo proceso de renovación de cuadros, el cual fue interrumpido varias veces por la postergación de su congreso nacional. “No habíamos culminado el proceso de un nuevo congreso en el partido y se sucedieron los hechos políticos del cierre del Congreso, la convocatoria de elecciones que ha impedido llevar este proceso interno”, dice Omar Quesada, exsecretario general del Apra.

En lo formal, el Apra logró arreglar los problemas que les dejó el anterior congreso de cara al Registro de Organizaciones Políticas. Realizaron una nueva asamblea en la que resultó ganador el liderazgo de Mulder, Rodríguez y Benigno Chirinos. Ricardo Pinedo, tenaz defensor de García ante las revelaciones del Caso Odebrecht, había postulado en la lista opositora junto a Carlos Roca, Franklin Reyna y el exministro Jorge Villasante.

En la interna, el Apra tiene cohesión para la defensa de García pero no para otros temas, a decir de algunas fuentes de este Diario. Las sucesivas elecciones internas –primero para escoger a los líderes del partido y después para los candidatos al Congreso– ventilaron diferencias, y ningún liderazgo sólido con promesa de ser presidenciable se destacó.

“Los liderazgos no se planifican, surgen. El liderazgo irrumpe, entra a codazos, a patadas, rompe, no pide permisos, es un quiebre, surge espontáneamente y el que tiene condiciones lo hace”, señala Mulder. Pese a los resultados de enero, el excongresista considera que varios de los candidatos jóvenes del partido en la última elección tienen pasta para ser los próximos líderes.

El coronavirus y las normas de aislamiento social dificultarán hacer campaña en el mediano plazo, para empezar porque la principal preocupación de la gente no es política. “Ahora la gente no está pensando en política; su principal preocupación es salvar su vida y su economía. Eso tendrá su momento, quizás sea prematuro hablar de esto”, dice Del Castillo.

Además, será casi imposible organizar mítines o encuentros cara a cara. Todos los dirigentes entrevistados para esta nota coinciden en que esta situación va a obligar a que el Apra, así como los otros partidos, tengan nuevas dinámicas de participación en la que los medios digitales tengan mayor protagonismo.

El excandidato al Congreso Renzo Ibáñez señala que, en medio del desconcierto generalizado a causa del coronavirus, las juventudes y bases están empezando a realizar reuniones a través de plataformas digitales, como Zoom. “Hay un redescubrimiento de lo que nosotros llamados el aprismo difuso, el aprismo no carnetizado, gente con ganas de participar de las reuniones”, señala. Ahora, ha conocido simpatizantes que no asistían a los típicos encuentros en las bases.

Del Castillo también cuenta que él ha participado en reuniones virtuales, e incide en que la política se debe adaptar a estas circunstancias. Por ejemplo, realizando las votaciones de forma electrónica y haciendo entrevistas con radios locales. “Lo que no se puede hacer es postergar las elecciones”, dice.

El Comité Ejecutivo Nacional y la Comisión Política del Apra sostuvieron reuniones a través de plataformas digitales. “Después de esta cuarentena, el mundo va a cambiar. Una de las cosas que se va a consolidar es la revolución digital. El asambleísmo con el que nos hemos formado en el partido también va a estar en cuestionamiento”, dice Mulder insistiendo en la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos.

El reto hacia adelante para ellos es grande, pues deben cargar con la mochila de las decisiones tomadas. “Vamos a ser un poco menos coyunturistas, y más enfocados en la estructura social. Nuestro énfasis debe estar en defender las condiciones básicas del trabajo, como los partidos laboristas en Europa, recuperando el discurso sindical”, señala Mulder. También volverán a la defensa de la democracia y las libertades de las personas.

Otro asunto pendiente es la defensa de los mitos que unifican al Apra. “Tú puedes ser rebelde hoy en Perú si aplaudes a Alan García. Para un joven es normal decir que era una basura, porque así se le ha dicho. Una rebeldía es decir ‘no, Alan García era un buen presidente’. Pero esos son retos que como aprista vamos a tener que expandir”, dice Mulder.

A un año de la primera vuelta, el Apra es uno de los pocos partidos que cumple todos los requisitos establecidos en la ley de organizaciones políticas vigente. El tiempo dirá si la nueva estrategia es la adecuada para volver a la arena pública.

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