Por: Jonathan Castro y Alejandro Boyco
Las protestas contra el gobierno de Manuel Merino tuvieron un rostro juvenil, pero la insatisfacción con la democracia es democrática: atraviesa todas las edades. La encuesta de El Comercio-Ipsos de octubre –realizada antes del estallido de la crisis política– muestra que había un descontento acumulado que alcanzaba al 67%.
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El promedio general de satisfacción con la democracia es de 30%. Pero en el nivel socioeconómico (NSE) A, esta alcanza el 41%.
Aun así, la mayoría de peruanos (71%) considera que los problemas del país solo pueden ser resueltos en un régimen democrático. Esta sensación la comparten los jóvenes que tienen entre 18 y 25 años (66%), pese a que ellos no han visto directamente los efectos de un régimen autoritario.
Hay una zona que tiene promedios diferentes: el centro del país. Allí solo el 62% cree que deben resolverse en democracia, mientras el 33% cree que deben resolverse en un gobierno autoritario.
El foco en lo que piensan los jóvenes revela una mayor apertura en temas sociales que en el promedio general de la población. Tienen 8 puntos porcentuales por encima del promedio en dos temas: la sociedad necesita mostrar apertura hacia la gente que vive y piensa diferente (85% frente al 77% general); y que el Estado mantenga una posición laica con respecto a la Iglesia Católica (77% frente al 69%).
Una diferencia similar se ve entre la predisposición a votar por candidatos que estén a favor de la unión civil entre personas del mismo sexo y del aborto en casos de violación. No hay mayor diferencia entre los que estén a favor de la pena de muerte y de la legalización de la marihuana.
En temas económicos, hay algunas contradicciones en los peruanos: la mayoría está a favor del libre mercado y, a la vez, a que el Estado sea más regulador. Mientras, hay casi un empate entre los que consideran que el Estado debe ser dueño de empresas y los que creen que no debería. Un detalle en este último tema es que el NSE E muestra mayor oposición (60%) que el NSE A (41%).
Sobre el perfil del próximo presidente, la posición de los jóvenes aún es similar al de la población general. La mayoría del país considera que tiene que tener mucha experiencia en política y mucha en gestión pública.
Entre las ideas más importantes, los jóvenes priorizan la democracia (19%) de forma más elevada que el promedio (16%).
Aun así, en casi todas las preguntas los más jóvenes tienen mayor porcentaje de respuestas de “no precisa” que el público general.
Puntos de vista:
Un sociólogo, una politóloga y un psicoanalista ofrecen lecturas diferentes de estos resultados.
“Van a tener otra valoración de la democracia”
Omar Coronel - Sociólogo y docente PUCP
“La satisfacción con la democracia en el Perú ha ido decreciendo permanentemente en los últimos cinco años. Ese 67% de insatisfacción es alto. Y, sin embargo, más del 70% sigue prefiriendo la democracia al autoritarismo.
Esta preferencia puede haber crecido en los días que vimos un recordatorio de lo que es caer fuera de la democracia liberal. No veo mucha variación por edad, pero después del ‘estallido peruano’ supongo que los jóvenes van a tener otra valoración sobre la democracia, ya que han probado en carne propia lo que puede ser un autoritarismo.
¿Qué se entiende por satisfacción con el régimen democrático? La insatisfacción tiene que ver más con lo material, el acceso a recursos, buenos servicios del Estado. Por eso también en la encuesta se ve que para la mayoría la justicia y la democracia son importantes, pero más importante es el desarrollo, entendido como materialidad, una situación económica que les permita tener una ciudadanía real y no imaginaria.
En Perú ha habido 525 protestas en los 106 días de cuarentena obligatoria. Sí ha habido un malestar acumulado, y sin embargo, creo que el estallido no ha sido por un tema de recursos económicos, sino porque teníamos una democracia básica, pero prefieren eso a lo que les están ofreciendo.
El ánimo post golpe es distinto al pre golpe. Ahora hay más interés por profundizar la democracia, lo que para muchos se traduce hoy como ir hacia una Asamblea Constituyente. Esta demanda antes solo tenía eco en la izquierda, pero ahora está en las calles. El estallido ha hecho que se valore la democracia por más débil que sea, pero también que se piense en fortalecerla”.
“Los jóvenes aún están por definir su agenda”
Paula Muñoz - Politóloga y docente Universidad del Pacífico
“Si nos centramos en los jóvenes de 18 a 25 años, vemos que todavía están en proceso de formación política en varios temas. Por ejemplo, en la pregunta sobre si prefieren un gobierno autoritario o uno democrático para resolver los problemas del Perú, los jóvenes y los peruanos del NSE E son los que no precisan su respuesta.
Pueden sentir que algo injusto está pasando, pero todavía no se han metido a ver qué es lo mejor. Tal vez eso es lo que hemos visto en estos días: sabían que no querían a Merino y que no los representaba, pero aún están por definir su agenda.
Los jóvenes también aparecen como más tolerantes. Es una generación que está cambiando; muestran preocupación en derechos específicos, como la población LGBT, la violación y el aborto por violación, que son temas que quizá llegan más a ellos y lo han pensado más.
Pero sobre otros asuntos más políticos aún no forman opinión. En los resultados, no se ve que los menores sean los más insatisfechos con el régimen democrático. Cuando ocurrieron esta serie de hechos, han podido darle sentido a lo que estaban pensando o sintiendo. Son jóvenes en una sociedad despolitizada. En parte, no tienen opiniones formadas porque vivimos en una sociedad que hace mucho tiempo está harta de la política.
Lo que pasó fue la gota que derramó el vaso. La indignación va más allá de los jóvenes, de hecho no solo los jóvenes han salido a protestar. Lo novedoso fue que han salido más jóvenes que antes, y ellos han liderado”.
“La gente quiere que el desarrollo se extienda”
Jorge Kantor - Psicoanalista
“Hemos visto el resultado de esta insatisfacción en los últimos acontecimientos. Esto es de octubre, y la gente estaba insatisfecha con la democracia porque percibía una especie de juego, en el sentido de que se van a seguir ciertas reglas, pero esas reglas no tenían sentido. La insatisfacción me parece razonable que haya sido alta en aquel momento y me preguntaría si ahora la respuesta sería la misma.
Y a pesar de todo, en todas las edades por igual prefieren el sistema democrático. Esta respuesta es complementaria de la anterior. ‘No me gusta cómo están las cosas, pero prefiero que se mejore esto que está mal en este encuadre que romper el modelo y que vayamos a otra cosa’. En este momento, las protestas han salvado el sistema democrático. Ha hecho un acto de justicia y reordenamiento a favor de la democracia.
En un país como el nuestro, la gente quiere que el desarrollo se extienda, cada quien en lo suyo, pero esta noción es vital. Pero eso se tiene que hacer con justicia, y eso es complicado con el sistema de justicia.
Hace 20 años, la Marcha de los Cuatro Suyos tuvo importancia. Y esto ha superado en número a aquella. Esto mueve al país, y en este momento le da un margen a la juventud. Este tipo de gestas ciudadanas generan cosas positivas para el alma de la nación”.
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